Uber es el mejor ejemplo de una empresa de geografía variable, pues va eligiendo los países en los que sitúa sus negocios en función de si las condiciones le son favorables y si no le vigilan mucho. Así se puede ver en sus dos últimas novedades: deja el reparto de comida que hace con Uber Eats en Italia y se va definitivamente de Israel donde sólo estaba presente en movilidad.

La compañía fundada en 2009 por Travis Kalanick y Garrett Camp, con sede en San Francisco (California, EEUU), que desde finales de agosto de 2017 dirige Dara Khosrowshahi habla de “difícil decisión” para justificar que sólo invertirá en mercados donde tenga más oportunidades de crecer y donde pueda ser el jugador más grande o el segundo.

Sin embargo, sigue sin ser rentable. En 2022, perdió 9.141 millones de dólares, 18 veces más que el año anterior, pese a mayores ingresos (+45,2%), y vio dispararse sus costes (+58,3%). Y la cosa no ha empezado mejor este año, porque en el primer trimestre perdió 157 millones de dólares, aunque recibió aplauso bursátil y los ingresos siguieron creciendo. Además, la compañía es muy progre y paga los gastos de viaje a empleadas para abortar, lo que se suma: la explotación laboral, los salarios indignos, poca humanidad y nula responsabilidad (así se ve en un caso real en el que estrellan a un cliente que acaba en el hospital, le cobran 44 euros por 6 kilómetros, no tienen seguro y nadie se responsabiliza de nada).

El director general de Uber en España y Portugal, Felipe Fernández Aramburu, ha presumido de que siguen apostando por nuestro país y por el sector del taxi (ya trabajan con 4.000),... aunque desde el sector del taxi muchos no opinan lo mismo, sino que les ven como rivales

Ahora Uber ha decidido dejar el reparto de comida que desarrolla a través de Uber Eats en Italia, en el que no ha logrado rentabilidad, y le saldrá bastante barato en cuestiones laborales: sólo supondrá el cese de 50 empleados, pues la mayoría eran autónomos. Se centrará en movilidad apostando por convenios con taxistas y conductores autónomos, y su programa de alquiler de bicicletas y patines eléctricos.

Uber también ha decidido irse de Israel, donde sólo operaba en movilidad porque no ha logrado ganar en cuota de mercado a Gett Taxi y Yango. Y ya saben que la compañía sólo invierte allí donde puede ser el primer jugador o el segundo. Además, hace unos años suspendió temporalmente su actividad en Francia por enfrentamiento con el taxi y el Gobierno. 

Al mismo tiempo, Uber apuesta por expandirse en movilidad en España, aterrizando en varios municipios de Mallorca y Tenerife, justo cuando TJUE ha fallado a favor de los VTC aunque sin zanjar el debate (y dejando la pelota de los requisitos en manos de los ayuntamientos). El director general de Uber en España y Portugal, Felipe Fernández Aramburu, ha presumido de que siguen apostando por nuestro país y por el sector del taxi (ya trabajan con 4.000),... aunque desde el sector del taxi muchos no opinan lo mismo, sino que les ven como rivales. Eso sí, por ahora, hay 18.480 licencias VTC por 60.402 taxis, según datos del Ministerio de Transporte, Movilidad y Agenda Urbana.

Además, ya hay algunos que han dejado de creer en el negocio de VTC: por ejemplo, la empresa japonesa de comercio electrónico Rakuten quiere salir de Cabify, donde era el principal accionista.