Ursula von der Leyen frente a Teresa Ribera, derecha pagana frente a activismo ultraverde
Un secreto: la alemana Ursula von der Leyen no soporta a la española Teresa Ribera... y uno lo comprende pero en la doble dirección: ambas resultan bastante insoportables.
A finales de esta semana, más bien la siguiente, pero no más, Ursula von der Leyen deberá presentar su gobierno europeo para el próximo lustro: el Colegio de comisarios, que posee el poder que puede tener una Confederación -eso es Europa-, y donde el mando real radica en la reunión de jefes de Estado y de Gobierno que suele celebrarse cada tres meses. Pero, de alguna manera, ese Gobierno marca el camino del continente.
Doña Ursula ofrece a doña Teresa una comisaría de consolación sobre el Mediterráneo pero Sánchez asegura que eso es un insulto a España. Y en este caso tiene razón
El próximo lustro, el susodicho organismo tendrá por cabeza, de nuevo a una representante de la derecha pagana europea y entre sus miembros, no se sabe aún en categoría de qué, ahí radica la batalla, tendrá a Teresa Ribera, conocida como la 'sandía': verde por fuera y roja por dentro... una activista con muy mala uva y extraordinariamente agresiva e insultona.
Europa es justo lo que los indepes catalanes más posibilistas pretenden para Cataluña: autonomía plena dentro de una confederación de naciones llamada España, que ni tan siquiera tenía categoría de Estado. Pero dejemos eso.
A la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, no le agradó que Pedro Sánchez hiciera público que quería a Teresa Ribera -la sandía, verde por fuera y roja por dentro- como comisaria. Entre otras cosas porque eso se dice en privado, tal y como había solicitado la alemana a los 27 países miembros, y no en público. Tampoco le gustó el numerito de Teresa Ribera aceptando, plena de honor, el nombramiento de Sánchez... porque no es Sánchez, sino Ursula, quien debe nombrarle. Sánchez puede nominarle... y no hacer pública su nominación hasta que Von der Leyen anuncie el Colegio al completo.
La 'Sandía' aspira a todo. Le apoyan los ecologistas europeos y reniegan de ella los economistas. El problema para Europa no sólo consiste en que no ganen los ecologistas, sino en que no gane ninguno
Pero lo hecho, hecho está. Lo que ahora se negocia es qué comisaría se le otorga a doña Ribera.
Como ya hemos explicado, caben tres posibilidades: la crucial comisaría de Energía, probablemente con cargo de vicepresidencia; la de Medio Ambiente, se llame como se llame finalmente; o una nueva comisaría sobre el Mediterráneo.
A ver si nos entendemos: el talibanismo verde de doña Teresa no casa ni con el Informe Mario Draghi, la nueva derecha de los bancos de inversión, ni con el informe Enrico Letta, la nueva izquierda progre.
El primer informe, el de 'supermario', más capitalista; el segundo, el del socialista Letta, más centralista-europeo... pero ambos coinciden en algo: la prioridad para el próximo lustro es reindutrializar Europa, no la ecología que nos ha arruinado y nos ha convertido en el hazmerreír del mundo. y para eso se precisa una energía barata, la energía nuclear, no las renovables, que, aunque Ribera mienta, lo cierto es que ni son sostenibles ni son baratas.
Y ante este panorama, cuando la economía, por fin, prima sobre la ecología, ¿vas a colocar como comisaria de Energía a quien, ni tan siquiera ahora, cuando toda Europa se ha dado la vuelta, ceja en su empeño de cerrar los reactores nucleares españoles?¿Propondrá lo mismo en toda Europa?
Mientras, Beatriz Corredor y Arturo Gonzalo suspiran por sustituir a Ribera en la Vicepresidencia verde... que a lo mejor deja de ser vicepresidencia
Y luego está ese personaje que se presenta como cabeza de lista a las europeas y, cuando es elegida, no recoge el acta de eurodiputada porque si no le hacen comisaria europea pretende permanecer en el Gobierno de España.
Así, doña Ursula ofrece a doña Teresa una comisaría de consolación sobre el Mediterráneo pero Sánchez asegura que eso es un insulto a España. Y en este caso tiene razón. Lo lógico es que se le nombre comisaria de Medio Ambiente pero, ojo, en ese puesto puede resultar un verdadero incordio.
En cualquier caso, la 'Sandía' aspira a todo. Le apoyan los ecologistas europeos y reniegan de ella los economistas europeos. El problema para Europa no sólo consiste en que no ganen los ecologistas, sino en que no gane ninguno y la venenosa agenda 2030 continúe como está: consiguiendo que Estados Unidos y China se rían de Europa, condenada a ser un apéndice de los dos gigantes, así como del nuevo gigante que amanece en Asia: India.
Mientras, en España Beatriz Corredor y Arturo Gonzalo suspiran por sustituir a Teresa Ribera en la Vicepresidencia verde española... que a lo mejor deja de ser vicepresidencia. Dos gestores desastrosos, aún más la primera que el segundo, en Redeia y Enagás que, precisamente por ello, pretenden dejar corriendo un cargo ejecutivo que les quema en las manos para volver a la política de la que salieron.
En resumen, Ribera es una activista medianamente ilustrada, más bien trilera de los datos, y una ecologista tirana -no, no es una reiteración, aunque a veces lo parezca-. Es el personaje que menos le conviene a Europa ahora mismo. En cualquier caso, doña Ursula no le aguanta. Esto, en circunstancias normales, resultaría una virtud para la española... pero ahora mismo me temo que no.