La verde Alemania y su errática política energética no son ningún ejemplo a seguir y desde luego Teresa Ribera no debe fijarse en lo que hacen. Tras el cierre nuclear (energía que genera electricidad sin emitir CO2), queman mucho más gas y más carbón (los cuales sí emiten CO2 y bastante). Es más hasta ha llegado a destruir la población de Lützerath y a desmontar turbinas eólicas para ampliar minas… ¡Mal vamos! Y todo esto en plena obsesión por la reducción de emisiones.

Recuerden que el error de apagar las 17 nucleares alemanas se consumó hace unos meses con el cierre de las últimas, pero se empezó a gestar hace mucho tiempo: en el año 2000, siendo canciller el socialdemócrata Gerhard Schröeder. Una idea que recuperó la democristiana Angela Merkel en 2011, tras el accidente nuclear en la central de Fukushima (Japón) y que finalmente se ha convertido en una triste realidad con el gobierno de coalición que lidera Olaf Scholz y que está formado por tres formaciones políticas: el Partido Socialdemócrata de Alemania -SPD-, el Partido Liberal Democrático de Alemania -FDP- y Alianza 90/Los Verdes. Curiosamente, este último es el que más ha presionado para acabar con las centrales nucleares, que una vez que aprietan el botón de apagado y comienza el desmantelamiento, no es sencillo dar marcha atrás.

Relacionado

Ahora, el Ministerio de Economía alemán que lidera Robert Habeck (miembro de Alianza 90/Los Verdes y que también es ministro de Acción por el Clima) ha autorizado la reactivación de tres plantas de carbón en reserva para garantizar el suministro de energía del próximo invierno y ahorrar gas en la producción de electricidad ya que este se usará mucho para calefacción, y ha puesto en marcha varias terminales para recibir gas natural licuado. Eso sí, desde el Ejecutivo Scholz han defendido que la medida no altera el objetivo de abandono progresivo del carbón, cuyo fin está previsto para 2030, unos cuantos años más tarde del adiós que le ha dado España (ya saben, que a nuestro país le gusta ser el más ‘listo’ de la clase ecologista y acaba de apagar la última central de carbón, la de As Pontes). Parece que este año, Alemania podría repetir su hito ‘verde’ de 2022: el carbón fue la energía que más utilizó. Eso sí, hasta ahora, no ha sido criticada por Ribera por usar carbón, algo que sí se ha atrevido a hacer con Polonia