Iryo, el segundo competidor para el AVE de Renfe, tras el francés Ouigo, tiene como primer accionista a Trenitalia y quiere seguir creciendo en España y fuera
Este lunes se ha producido el viaje inaugural de Iryo, el nuevo rival de Renfe en AVE que llega el próximo viernes 25 a la ruta Madrid-Zaragoza-Barcelona. Es propiedad de la sociedad italo-española Intermodalidad de Levante S. A. (Ilsa), la cual conforman actualmente la aerolínea Air Nostrum, el operador público ferroviario italiano Trenitalia y la empresa de infraestructuras Globalvía.
En un principio el accionariado de Ilsa estaba compuesto en 55% por la aerolínea Air Nostrum y en un 45% por Trenitalia, pero a la primera se ve que le gusta hacer caja y hace casi dos meses vendió un 24% a Globalvía. De esta forma los italianos se convirtieron en el primer accionista de Ilsa, ¡ole! Y por cierto, conviene recordar que Air Nostrum está controlada por los fundadores del Instituto Valenciano de Infertilidad (IVI) -es decir, por los empresarios valencianos Carlos Bertomeu, Antonio Pellicer y José Remohí, quienes hace unos meses se lo han vendido al fondo KKR por la friolera de 3.000 millones-.
Carlos Bertomeu, Antonio Pellicer y José Remohí hicieron caja vendiendo el IVI al fondo KKR por la friolera de 3.000 millones y meses después con la venta del 24% de Ilsa a Globalvía
Estos tres empresarios valencianos entraron en marzo de 2014 en Air Nostrum, de la que Bertomeu era entonces consejero delegado, aportando unos 25 millones entre capital y deuda. Esta aerolínea española se fundó en 1994, tenía como accionista mayoritario a Nefinsa (grupo empresarial propiedad de la familia Serratosa), con un 75,5%; seguido de Caja Duero, con un 22%. En mayo de 1997 firmó un acuerdo de franquicia con Iberia, por el que sus vuelos pasaron a ser comercializados por la aerolínea de bandera española -la cual hoy forma parte del holding aéreo IAG-, y así dejó de tener pérdidas e incrementó sus cifras de pasajeros. Sin embargo, sufrió los efectos de la crisis económica que surgió en 2007 presentando números rojos y costó la recuperación, siendo necesaria la entrada de nuevos inversores (los fundadores del IVI, entre ellos Carlos Bertomeu, que había sido fichado en 1993 por los Serratosa como director de inversiones de Nefinsa) en 2014, volviendo a beneficios. Cinco años después, en 2019, los Serratosa salieron del accionariado, en el que ya sólo tenían un 7%, diciendo adiós a una compañía que crearon y pusieron a volar 25 años antes. En ese año, la cifra de negocio se elevo a 539 millones, pero en 2020, con la pandemia del Covid todo se volvió a poner complicado: las ventas cayeron un 40% y el ebitda lo hizo en 82,25 millones, provocando unas pérdidas de 144 millones. Así, pidió ayuda al fondo de la SEPI para empresas estratégicas y se convirtió en otra muestra del desastre de la ‘generosidad’ del Sanchismo al recibir 111 millones en préstamos que deberá devolver.
El presidente de Iryo y de Air Nostrum, Carlos Bertomeu, ha presumido de que este lunes es “un día grande para la movilidad de este país y, sobre todo, para la intermodalidad”. Por su parte, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, ha señalado que con su liberalización la alta velocidad española “ha perdido su carácter elitista” y “ha alcanzado la democratización que buscábamos”, pero calla que este proceso ha conllevado que parte cayera en manos francesas (el Ouigo) e italianas. Afortunadamente, Renfe está sacando provecho de la recuperación del tráfico, pues ha reducido pérdidas en un 64%, ha logrado un Ebitda diez veces superior y ha elevado ingresos (+34%), como se puede ver en sus últimos resultados, a pesar de la competencia creciente en AVE y los descuentos en Cercanías, Rodalies y Media Distancia ya estaban en funcionamiento. Y por cierto, conviene subrayar que más que democratización, España hace el ridículo en la liberalización ferroviaria porque Francia pone resistencia a la entrada de Renfe en sus dominios. ¡Ole y ole! Eso sí, al menos, Raquel Sánchez ha exigido reciprocidad al resto de la UE... otra cosa es que le hagan caso.