Programa económico de Vox: propone terminar con todos los impuestos sobre el patrimonio (muy bien), reducir el IRPF (muy bien), reducir el IVA (muy mal), apenas toca las cuotas sociales (fatal) y apenas habla de reducción del gasto público, lo que constituye el trasfondo de la cuestión.

Empecemos por el final. El Sanchismo, en su demagogia consuetudinaria, ha derrochado gasto público, lo que todos los demagogos llaman el Estado del Bienestar, mientras ocultan que esas prestaciones públicas, sobre todo en pensiones y en Sanidad, resultan insostenibles.

El envejecimiento de la población exige una reducción drástica del Estado del Bienestar. Lo primero, retrasando la edad de jubilación.

En cuanto a los ingresos del Estado: lo mejor del proyecto de Vox es la supresión de todos los impuestos sobre el patrimonio, herencia y donaciones incluidos. También  resulta interesante rebajar el IROF pero, sobre todo, lo que hay que hacer es reducir al mínimo, sobre todo los salarios bajos, y tender hacia la supresión total de las cotizaciones sociales, el mayor enemigo del empleo.

Y entonces, ¿con qué pagamos las pensiones, gasto desmesurado y creciente? Pues con IVA, como inventaron los daneses. De hecho, las cuotas ya sólo dan para pagar una parte de los 10 millones de jubilados que tenemos en España con una nómina mensual de 12.000 millones de euros, por 14 pagas.

Necesitamos un IVA que suba hasta el 25%. Pero el IVA es el impuesto que más afecta los pobres’. De eso nada. A la gente hay que juzgarla por lo que gasta, no por lo gana, porque en una sociedad occidental el ahorro se convierte automáticamente en inversión.

En la práctica, ¿por qué no se sube el IVA? ¿Por injusto? No, es el impuesto más justo, pero también el impuesto más difícil de controlar, de evitar el fraude. El impuesto más nocivo son las cotizaciones sociales que, encima, son el que más paro crea. Ahí, Vox no está a la altura. Además, la única manera de reducir el Estado del Bienestar y reducir el paro es retrasar la edad de jubilación.