Vuelve a verse una muestra de la caradura de Carlos Ghosn, que está huido de la justicia japonesa desde 2019 y desde entonces reside en Líbano. Recuerden que tiene triple nacionalidad (libanesa, francesa y brasileña). Ahora ha demandado a Nissan y pide unos 995 millones de euros por “daño profundo” a sus finanzas y reputación.

El ingeniero y empresario de 69 años empezó su trayectoria profesional en 1978 en el fabricante de neumáticos francés Michelin, donde desempeñó distintos cargos. De ahí rodó a Renault en 1996, donde puso en marcha una fuerte reestructuración que supuso la vuelta a beneficios y crecimiento, llegando a entrar en el capital de Nissan. A las riendas de Renault sumó responsabilidades en Nissan, alcanzando el cargo de presidente y CEO, y también a presidente de la Alianza que formaron estos dos grupos automovilísticos y el japonés Mitsubishi y en la que se firmó la paz entre Francia y Japón hace unos meses. 

Ghosn no será extraditado por Líbano, pero aún enfrenta cargos criminales en Japón y también tiene pendiente la demanda civil que presentó Nissan en un tribunal de Yokohama por daños monetarios. Y en Francia, tiene otro proceso legal abierto por presuntas irregularidades financieras

Sin embargo, esta trayectoria quedó empañada por lo ocurrido en 2018: Ghosn fue arrestado en Japón al ser acusado de malversación financiera, pero logró fugarse del país con la ayuda de una empresa privada de seguridad a finales de 2019 para esquivar el juicio y se refugió en Líbano, logrando el apoyo del presidente de este país. Hoy aún enfrenta cargos criminales en Japón por lo que los fiscales consideran un complot para no reportar a las autoridades del país la compensación que pactó con la compañía cuando se produjera su salida, y también tiene pendiente la demanda civil que presentó Nissan en un tribunal de Yokohama por daños monetarios. En julio de 2021, un tribunal nipón condenó a dos estadounidense que le ayudaron a fugarse. Y en Francia, Ghosn tiene otro proceso legal abierto por presuntas irregularidades financieras, pero puede estar tranquilo porque Líbano no le extraditará y en enero de 2020, Francia dijo que tampoco le extraditaría a Japón si pisaba su suelo porque no extradita a sus nacionales.

Ahora se ha conocido que hace poco más de un mes, Ghosn demandó a Nissan y a varios responsables ante el Tribunal de Casación del Líbano, el máximo órgano judicial del país, por “orquestar” su arresto y allanar su domicilio en Beirut para “robar documentos”, según señalaron fuentes cercanas al ingeniero y empresario a EFE. Además, refirieron que “las acusaciones que están en la demanda son falsificación de pruebas, violación del domicilio, difamación y violación del secreto profesional”.

La demanda de Ghosn no ha repercutido en las cotizaciones de los grupos automovilísticos citados: la acción de Renault sube un 2,8%, la de Nissan ha cerrado plana y la Mitsubishi ha tenido un ligerísimo ascenso del 0,28%.