Wayne Griffiths se ha cansado de la “inacción” del Gobierno y las promesas vanas de Pedro Sánchez en el tema de la electrificación. Por ello ha decidido pasar a la acción al anunciar que dimite como presidente de la Asociación Nacional de Fabricantes de Automóviles y Camiones (ANFAC).

Se trata de otra dimisión parcial, aunque bien distinta a la de Yolanda Díaz en Sumar, y algo temporal. Este ejecutivo automovilístico británico (y también de nacionalidad alemana desde hace poco más de un año) dejará de liderar ANFAC y sólo aguantará hasta que haya sucesor. Recuerden que llegó al cargo en enero de 2022, relevando a José Vicente de los Mozos (actual CEO de Indra que no se entiende con el presidente Marc Murtra y que por entonces aún estaba al frente de Renault en España y Portugal, y era su jefe mundial de fabricación), y renovó el pasado diciembre durante un año más. De hecho, procedió a la renovación “porque el Gobierno se comprometió a ser un aliado del sector, y a poner en marcha rápidamente medidas concretas y eficaces”.

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Claro que no fueron las únicas promesas vanas de Sánchez, porque el pasado febrero, en el IV Foro ANFAC, el presidente del Gobierno se comprometió a revisar el Plan Moves y a impulsar la infraestructura de recarga. A día de hoy no ha ocurrido ni lo uno ni lo otro y Griffiths se siente “decepcionado” y más “porque ahora toca acelerar, no frenar”, a pesar de que en dicho foro el sector del automóvil advierte: o se dan ayudas eficaces... o no habrá avance del coche eléctrico. Unas semanas más tarde, concretamente a principios de marzo, en el 33 Congreso anual de Faconauto (patronal que representa a los concesionarios oficiales), Griffiths subrayó que el problema con el Plan Moves no era de presupuesto (cuenta con 1.200 millones), sino que hay 11 comunidades autónomas en lista de espera y la mitad del presupuesto pendiente de la Administración, y confíaba en que Sánchez cumpla su compromiso de mejorarlo. Ahora, tras anunciar su marcha de ANFAC, insiste en que “España tiene que mejorar la infraestructura pública de recarga y facilitar la compra de coches electrificados con un verdadero plan de incentivos fiscales que permita cobrar la ayuda en el momento de la compra”.

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“Seguiré defendiendo los intereses de la industria española del automóvil en España y fuera de España. Pero, sin apoyos, sin medidas concretas y sin un compromiso real por parte de los representantes políticos, como presidente de ANFAC, ya no puedo aportar más”, ha subrayado Griffiths. Eso sí, seguirá siendo presidente ejecutivo de Seat y de su marca premium Cupra, las cuales le dan más alegrías que Sánchez. Griffiths también ha destacado “el trabajo realizado por Sernauto (la patronal de proveedores de automoción) y por su presidente, Francisco J. Riberas. Juntos, hemos conseguido un sector más fuerte y sólido, gracias también a Faconauto y su presidenta, Marta Blázquez”. De hecho, junto a ambas asociaciones y también en solitario como Anfac y desde Seat, Griffiths ha pedido ayudas en distintas ocasiones. Además, se ha reunido en La Moncloa varias veces: la primera fue en abril de 2022, acompañado por De los Mozos; y hubo otra en marzo de 2023 junto Sernauto y la Asociación Empresarial para el Desarrollo e Impulso de la Movilidad Eléctrica (Aedive).

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Y por cierto, los socios de ANFAC (nada más y nada menos que 58 marcas) han apoyado la decisión de dimitir de Griffiths y han recordado que han hecho muchas propuestas en los últimos años para cumplir los objetivos de reducción de emisiones y defender nuestra industria y a sus trabajadores, pero “la situación es preocupante”. Entre otros aspectos, han señalado que los planes de ayuda a la compra han terminado (el Mitma Moves para vehículos industriales y autobuses de bajas y cero emisiones acabó el 30 de abril) y el plan Moves III culmina el 31 de julio y sus fondos están prácticamente agotados; las ventas de vehículos electrificados se han estancado y su cuota sólo es del 10,5% hasta mayo; y la política de desarrollo de la red de infraestructura de recarga pública sigue siendo inadecuada.