El Gobierno de Sánchez no sólo es un mal gobierno, es, además, un gobierno chapucero. Decíamos ayer, que en Indra había preocupación por el chapucero plan de rearme presentado por Pedro Sánchez. No por la cantidad sino por la vaguedad.

Pero antes la noticia del día. La integración entre Indra y EME, la empresa propiedad de de los hermanos Escribano, Angel y Javier, presidente y consejero de Indra respectivamente.

Más de 10.000 millones de euros a distribuir en siete meses no es fácil. Y menos por un Gobierno tan chapucero como el de Sánchez. Los tres principales 'clientes' son Airbus, Indra y Navantia

Es decir, Indra, presidida por Ángel Escribano, compraría, por canje de acciones, o por compra-venta sucesiva, EME. Podría semejar una fusión pero lo cierto es que Indra compra EME y, don Ángel resultaría presidente del comprador y propietario del vendedor. De paso, obligaría al 86% de los accionistas de Indra a comprar el 100% de su empresa EME. ¿Nos hemos olvidado de que Indra cotiza en bolsa?

Si toda sale según lo previsto, tendríamos a unos hermanos Escribano que, probablemente superarían la participación de la SEPI (el 26% de Indra) y que no podrían pasar del 29,9% sin verse obligados a lanzar una OPA sobre la totalidad.

Pues bien, aunque el rumor corría por Madrid desde hace 10 días, cuando se hace público, la tarde del jueves 24, la oposición ya se había organizado.

No había acabado el día cuando ya había en Madrid bufetes de abogados contactando con consejeros independientes de Indra para advertirles que, si votan a favor de la operación podrían encontrarse con una demanda en el juzgado. Sí, ya hay bufetes preparados para encausar a los consejeros que voten por la integración de Indra y EME.

Fundamento de la judicialización: Ángel Escribano no puede ser presidente del comprador y propietario del vendedor. Si fuera al revés, todavía... Y esto, ojo, independientemente de cuál sea la valoración.

Primero, porque propiedad y gestión no son lo mismo.

Segundo, porque no puedes ser juez y parte. Sobre todo a la hora de valorar lo que compras.

Tercero porque si eres propietario del 14% de Indra y del 100 por 100 de EME, no puede ser que obligues al 86% de la empresa que presides a compra el 100 por 100 de la empresa que posees.

Cuarto: se da la circunstancia del que el principal accionista de Indra es el Estado y el principal contratista de Indra... es el Estado. Son cuestiones de fuero y de huevo, ergo, carne de banquillo.

Eso sí, la opción se vende en la ingeniería de defensa con dos argumentos de peso: con la industria de Defensa la alza, no bastan las 'ingeniería de defensa' (Indra) sino que hay que tener producto (EME).

En Indra sacan pecho ahora por la carísima compra de Hispasat a Redeia. Veremos si el Gobierno le otorga carga de trabajo a Hispasat

Dos que, por fin, y con más trampas que un teatro chino, y de forma chapucera, Pedro Sánchez ha dicho que va a soltar la guita para el rearme de España. En este punto, en Indra afirman que el peligro es que se reparta en pequeños trozos a demasiadas empresas, cuando lo propio es hacerlo entre los que en Indra llaman empresas tractoras de defensa -grandes compañías- que reducen a tres: Airbus, Indra y Navantia. Pues cuidado, que ya en el accionariado y en la cercanías de la propia Indra figuran otras empresas como Sener, Sapa, etc.

Estamos hablando de más de 10.000 millones de euros a distribuir en ocho meses... y eso no es fácil. Lo esbozado por el presidente del Gobierno sobre los destinos de esa inversión es tan poco que no es nada. Y ahora hay que convertir esos sectores de inversión en programas concretos, programas que, a su vez deben incardinarse en el proyecto de rearme europeo. Y mucho ojito, pues en Europa, el amigo Sánchez tiene fama de gobernante poco serio con las cifras y sobre todo, con los compromisos. No es que mienta de continuo es que cambia de opinión de continuo. Y no porque cambie él, no: es "el mundo el que ha cambiado".

¿En este mar de chapuzas es más eficaz ser grande que pequeño? Yo creo que no porque siempre he sido un amante de lo pequeño. Ahora bien, para lo que resulta importante ser grande es para obtener del Gobierno el mayor número de contratos posibles. Eso sí. Y dicho esto, ¿en Indra confían que el Gobierno Sánchez tenga capacidad para afrontar un reparto inteligente de esa milmillonada, que, encima, habrá que renovar con otra milmillonada el 1 de enero de 2026 y que, aún así, siempre será menos de lo que Europa y la OTAN le piden a España? Pues no: en Indra no se fían de la capacidad gubernativa y al tiempo, es una empresa cuyo principal accionista es el Gobierno y cuyo principal cliente es el Gobierno. Vivimos en la chapuza pero también en la contradicción.

Eso sí, en Indra sacan pecho ahora por la carísima compra de Hispasat a Redeia. Veremos si el Gobierno le otorga carga de trabajo a Hispasat. Y es que Moncloa ha introducido al espacio -que al parecer no es tan pacífico como asegura Diana Morant- en el incremento de gasto de defensa que la OTAN le exige a España.