Comenzará a las 12h bajo el eslogan ‘¡Nos jugamos la vida! ¡Basta ya de leyes contra la verdad y la naturaleza humana!
¿Hablamos mucho del aborto? No hablamos poco, cada vez menos… pero pobre de aquel que se atreva a discrepar de la atmósfera cultural dominante, pobre del provida, del que se atreva a enfrentarse con el mercado de la muerte.
Porque, ¿qué define a esta sociedad? Pues ensañarse con el ser humano más inocente y más indefenso: el concebido y no nacido. El resto de nuestros males llegaron por añadidura.
Todos los anticonceptivos que se venden hoy en el mercado son potencialmente abortivos. El único anti-baby no abortivo es el condón, un poco guarrete
Y también porque los partidarios de la muerte han conseguido que, en todo Occidente (en Oriente ni se lo plantean) el defensor de la vida, al igual que cualquier católico, se haya convertido en un “ultra”… que tiene bemoles la copla.
El coronavirus impide que se celebre el Día por la Vida, la Fiesta católica de la Anunciación (en 2020, el miércoles 25 de marzo), nueve meses antes de la Navidad. Es una pena porque hace más falta que nunca el mandamiento primero de todo el movimiento provida: “la vida es sagrada e inviolable desde la concepción hasta la muerte natural”. La decadencia de Occidente llegó cuando se abandonó este principio. O sea, con la píldora.
Importante: los planteamientos provida son morales y, además, científicos: desde la fecundación, hay un ser humano en el seno materno, atención, con un código genético individuado, distinto del padre y de la madre. Si no le matas, acabará siendo como usted o como yo. Si es como yo, mala suerte para él.
Y esta es una de las celadas que ha conseguido la llamada cultura de la muerte (¿por qué le llaman cultura?): distinguir entre aborto quirúrgico y aborto químico. En otras palabras, la doctrina oficial lanza el gran embuste de que aborto es lo que se hace en los abortorios -aborto quirúrgico- mientras que los otros -aborto químico, el que e hace en casa- son simplemente antibaby. No es lo mismo abortar que tomar la píldora.
La confusión del Occidente cristiano de deja ver en el asunto FIV: un negocio que se llama vida cuando es una de las mayores máquinas de muerte de nuestro tiempo
Pues mire usted, no. Hoy, todos los anticonceptivos -también la píldora postcoital- que se venden en la farmacia son potencialmente abortivos. En pocas palabras, la gran verdad ocultada es que la píldora de ahora mismo, puede actuar antes o después de la concepción. Si ataca después, estás matando a un ser humano.
El antes y el después depende de muchas cosas: de los componentes, tipo de anticonceptivo, intensidad con la que se ingieren, de la mujer que lo toma, del momento, etc… pero potencialmente, todos son abortivos. La razón es lógica: el éxito consiste en evitar al niño y a las multinacionales farmacéuticas nos les gusta fallar: se juegan mucho dinero. Pregunten en Bayer, uno de los mayores fabricantes abortivos del mundo.
La otra gran mentira aceptada, encima como método provida, es la Fecundación in vitro (FIV). En España centro mundial de este tipo de abortos (o de eliminación de embriones si se trata de diagnóstico preimplantatorio, que lo mismo me da) se nos vende la FIV como una industria pro-vida, cuando no es más que un productor de abortos selectivos y de eliminación de embriones humanos.
Y hay quienes en España se está haciendo multimillonario con la FIV. Vamos, que, consideramos la violenta irrupción de la FIV, habrá que modificar el primer mandamiento del movimiento provida: la vida es sagrada desde la concepción natural hasta la muerte, igualmente natural.
¿Y no hay ningún anticonceptivo que no resulte potencialmente abortivo? sí el condón. Una poco cochino ciertamente, pero no es abortivo. Sólo que puede fallar… si por fallo entendemos que aparezca el niño.
Volvamos al mandamiento: el sexo no se hizo para fornicar sino para amar
No se agobien. La lucha contra el aborto y por la vida se arregla con un mandamiento mucho más genérico: el sexo, entre seres humanos, no se ha hecho para fornicar sino para amar. Mismamente por eso: porque el hombre es un ser racional, hijo de Dios, no una bestia. ¿Imposible para vivirlo hoy en día? No, incluso fácil, cuando uno se pone a ello. No es un propósito extraño al ser humano, es lo que se ha mantenido como principio a lo largo de la historia. Excepcional es lo contrario… como ha resultado a lo largo de esa historia.
Pero de la trivialización del sexo no tiene la culpa Dios ni la naturaleza: la tenemos nosotros. Todos y todas.
25 de marzo: feliz Fiesta de la Anunciación o día del niño por nacer.