La ONU pide no comer carne (1)
En un mundo enloquecido, el humor se convierte en la única defensa posible. En efecto, cuando Naciones Unidas, es decir, el Nuevo Orden Mundial (NOM), nos advierte que no debemos comer carne porque estamos contribuyendo al apocalipsis climático, precisamente cuando una cuarta parte de la humanidad pasa hambre, hay que tomarse la cuestión con ironía.
Ahora bien, el buen humor no puede resultar ingenuidad. Porque no estamos hablando de una nueva dieta: estamos hablando de una tiranía global basada en invertir el mandato bíblico de “henchid la tierra y sometedla”. Ahora, el planeta deja de estar al servicio del hombre y es el hombre quien se convierte en esclavo del planeta.
Quieren que seamos vegetarianos: o sea que nos volvamos tristones y agonías
No, la ONU, con el señuelo del cambio climático, está lanzando su tiranía global como producto de un gobierno global tiránico. No es cosa de risa.
Naturalmente, el idiotizado universo mediático español, lo suscribe con entusiasmo. Fue noticia de apertura en la RTVE, ejemplo típico del papanatismo progre con el que trabaja el Nuevo Orden Mundial (NOM).
El nuevo despotismo global tiene un carácter demoniaco: se trata de que el hombre sirva al planeta, no al revés
El nuevo despotismo global tiene un carácter demoniaco: se trata de que el hombre sirva al planeta, no al revés. Ahora bien, la naturaleza es ciega, no racional y, por ello, jamás perdona. Ahora el nuevo ídolo exige que no comamos carne, mañana exigirá que andemos a cuatro patas y nadie se atreverá a levantar la mano para recordar que el emperador va desnudo.
Y todo ello con el habitual método ‘democrático’, el mismo método empleado para introducir el aborto y cualquier otra aberración que atenta, no ya contra la moral, sino contra el sentido común. El proceso es aproximadamente este: la ONU nos aconseja no comer carne. Después subirá los impuestos a la carne, finalmente prohibirá la carne. Es la misma secuencia del aborto: primero se solicita el aborto libre, luego se exige que sea gratuito y seguro (sobre todo, para el feto), finalmente, obligatorio. Sí, obligatorio por ejemplo, ocultando la gran verdad que hoy se oculta al respecto: que todos los anticonceptivos que se venden en el mercado son potencialmente abortivos.
La ONU nos aconseja no comer carne. Después subirá los impuestos: finalmente prohibirá la carne. Es la misma secuencia del aborto: libre, gratuito, obligatorio
Hoy mismo me tomo un chuletón. Las pocas veces que he entrado en un restaurante vegetariano me he dado cuenta de la tristeza que reinaba en la sala.