Santiago Abascal, líder de Vox, avisa a PP y Cs que no permitirá el desprecio a sus votantes
Uno de los presidentes de empresa más conocidos de ese país mes hace la siguiente confidencia: “Eulogio, tengo un problema: he leído el ideario de Vox… ¡y me gusta casi todo!"
No sólo es el PP y Ciudadanos quienes temen a Vox, también la izquierda. Primero, porque la gente está harta del lenguaje políticamente correcto que hasta Podemos ha adoptado, es más, a pesar de su juventud, está superando los registros de los partidos tradicionales en pedantería política. La gente está harta de lo políticamente correcto. Es decir, de comulgar con ruedas de molino y, por ello, está dispuesto, sea de izquierdas o de derechas, a votar a Vox. Más que de cabreo, es voto de hastío. Pero también voto en principios, como nuestro empresario.
¿Vox tiene un peligro de deriva fascistoide? No intenso, pero sí, lo tiene
Y Andalucía ha resultado un pandemonio. Vox le ha quitado votos a la izquierda lo que significa que, o bien los extremos se tocan o que el centro no estaba donde pensaba la izquierda que estaba.
La preocupación de la derecha es más lógica. Ciudadanos es derecha jacobina, que vende unidad nacional sin principios que la sustenten. Además, Ciudadanos está en la ideología de género ahora mismo el mayor enemigo de la libertad. Por tanto, a pesar de su patriotismo, el de Rivera provoca sospechas en muchos.
¿Podemos es neocomunista? También
En cuanto al PP es derecha tibia, cobardona y, por supuesto, odia hablar claro. Hoy en día es el partido más políticamente correcto. No es de extrañar que sus votantes se pasen a Vox.
¿Vox tiene un peligro de deriva fascistoide? No intenso, pero sí, lo tiene. ¿Por qué razón? Pues por lo que siempre empieza el fascismo: la deificación de la patria. Porque la patria es muy importante, pero no es Dios.
¿Podemos es neocomunista? También. Es un partido liberticida y peligroso, como buenos comunistas, a los que sólo anteponemos el ‘neo’ porque no se atreven con la revolución violenta y prefieren conquistar en las urnas para luego mediatizar las urnas. Como Nicolás Maduro.
¿A mí me gusta Vox? No, no me gusta
Y la irrupción de Vox ha servido para algo más.
¿A mí me gusta Vox? No, no me gusta. En primer lugar, no me agrada su estilo ni el de Santiago Abascal. Cuando quiera ir a nado hasta el Peñón alquilaré una barca.
Pero, sobre todo no me gusta tanto hincapié en la unidad de España (me siento orgulloso de ser español, pero eso es otra cosa) como la defensa del derecho a la vida, principio básico. Y no, Vox no defiende la vida desde la concepción hasta la muerte natural.
Dicho esto, hay pánico a Vox. No me extraña: la gente se ha cansado de la hipocresía políticamente correcta.