Cierre de Iglesias, profanaciones de eucaristías, cruces y sagrarios...
La Asociación de Abogados Cristianos ha solicitado medidas cautelarísimas al Juzgado de lo Contencioso Administrativo para suspender la orden del gobierno de Melilla que obliga a cerrar las iglesias los domingos.
La organización de juristas asegura que “se trata de una medida muy severa y extraordinariamente desproporcionada que no responde a ningún tipo de criterio médico o epidemiológico, sino a una auténtica persecución religiosa”. Denuncia que “prohibir las misas los domingos no cumple con el criterio de proporcionalidad y resulta muy amplio y ambiguo”.
La presidente de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, asegura que “se trata de una medida desproporcionada y que atenta contra el derecho fundamental a la libertad religiosa”. Critica que “mientras Melilla prohíbe ir a misa los domingos, mantiene abierto el interior de los locales de hostelería o los centros comerciales, cuando no existen evidencias de que las celebraciones religiosas sean un foco de contagio, al contrario de lo que ocurre con el interior de bares y restaurantes”.
Castellanos lamenta que “el gobierno de Melilla siga el mismo derrotero anticristiano y laicista que el Gobierno de España” y recuerda que “una ciudad autónoma no tiene competencias para restringir derechos fundamentales y la libertad religiosa es un derecho fundamental amparado en el art. 16 de la Constitución y en todos los convenios de derechos humanos”.
Continúa así el reguero de prohibiciones contra la Eucaristía -habitualmente encubiertos- con las medidas decretadas, además de en Melilla, en la Comunidad Valenciana o Castilla y León.
Recordemos que en Valencia el socialista Ximo Puig ha limitado las reuniones en espacios públicos a dos personas, es decir, no prohíbe directamente la Eucarística, pero al no permitir que se reúnan más de dos personas en espacios públicos... A no ser, que el presidente de la Generalitat Valenciana considere suficiente la celebración de una misa con el sacerdote y el monaguillo, por ejemplo.
En el caso de Castilla y León, Abogados Cristianos solicitó al Tribunal Supremo medidas cautelarísimas para suspender la orden de la Junta que limita a 25 personas el aforo de celebraciones religiosas, informó la propia entidad.
Sin embargo, según informó la propia entidad (la Asociación de Abogados Cristianos), la Sala que componen los magistrados Rafael Toledano, José Luis Requero, Mª del Pilar Teso, Luis María Díez Picazo y Pablo Lucas Murillo, ha desestimado la solicitud de medidas cautelarísimas presentada por la Asociación de Abogados Cristianos al no considerarla urgente.
La presidenta de Abogados Cristianos, Polonia Castellanos, denuncia que "en Castilla y León se está limitando la libertad religiosa y eso al Supremo no le parece una circunstancia urgente a proteger". Castellanos recuerda además que "la Junta de Castilla y León está permitiendo que 200 personas se reúnan en un teatro pequeño, mientras en la Catedral de Burgos o de León, que son de las catedrales más grandes de España, sólo permiten concentrar a 25".
Pero los antecedentes de toda esta serie de ataques contra la Eucaristía se remontan incluso al principio de la pandemia. Ya en marzo, Palencia suprimió las misas por el coronavirus. Aunque los templos estaban abiertos para la oración personal, se dejaron de celebrar las misas, los cultos públicos.Y la medida llegó más allá al posponerse las demás celebraciones. Es decir, se pospusieron bodas, misas de familia, aniversarios y otras.
No olvidemos tampoco, que el presidente de la Junta de Andalucía, de derechas de toda la vida, don Juan Manuel Moreno, quien en plena pandemia, atemorizado ante el virus propuso suprimir la comunión por antihigiénica. La confusión entre higiene y pureza ha constituido una de las constantes de la humanidad.
O en Semana Santa, cuando la policía interrumpió el Oficio de Viernes Santo en la catedral de Granada y ordenó el desalojo. Entonces, la Policía Nacional, dependiente del ministro Marlaska, amenazó con detener a los fieles participantes si no se interrumpía el oficio… pero aseguran que ellos no desalojaron.
Y allá por abril del año pasado, Hispanidad le preguntó a la ministra de Exteriores, Arancha González Laya por qué razón, siendo la libertad religiosa -libertad de culto- un derecho recogido en la Constitución y si el estado de alarma no prohíbe las misas públicas, y si las escasas eucaristías que se celebran cumplen la normas de “distancia social” por qué razón la policía interrumpe las eucaristías con la arrogancia que contempla en el siguiente vídeo, en el que un guindilla de la policía municipal de Madrid profana la Santa Misa. En cualquier caso, respuesta de la ministra Laya a Hispanidad: el decreto de alarma ha sido aprobado por el Congreso. ¿Y qué? ¡Menuda respuesta boba para una ministra!. O como respondió la comisaria de policía, María Pilar Allué a Hispanidad, “La normativa vigente no ampara ese tipo de celebraciones”. La normativa tampoco amparaba las misas en Nowa Huta. Pero Wojtyla, con dos narices, las ofició.
Lo siento, pero esto es una jodida vergüenza, @AlmeidaPP_. pic.twitter.com/am5YdnnnNC
— Patricia Anas ?? (@AnasPatricia) April 23, 2020
Contrasta esta situación con curas valientes que multiplican su actividad y otros, convencidos de que la mejor vacuna es la Eucaristía y que acuden a los hospitales a oficiar misa, rodeados de infectados.
Resumiendo, ya existe una cronología de ataques a la Eucaristía desde el inicio de la pandemia hasta hoy, también por parte de los poderes públicos. Y ahora ha surgido la cruzfobia.
En Hispanidad seguiremos atentos -por supuesto- a las nuevas medidas anticovid del Gobierno y si es caso, como en los anteriores ejemplos, a sus ataques a la Eucaristía, no sea que tengamos que volver a las misas clandestinas...
La policía interrumpe y prohíbe las misas. Hacia una Iglesia clandestina que se esconde… de sus propios vecinos/chivatos https://t.co/8Wp4fqhqPV
— Hispanidad (@web_hispanidad) April 6, 2020