XXV años del Aznarato. Fue Aznar quien descristianizó el PP… y ahí comenzó la caída del partido
Se cumplen ahora 25 años desde la llegada al poder de José María Aznar, quien consiguió echar al que parecía eterno presidente, Felipe González. Ganó por 300.000 votos, pero ganó.
Así que el protagonista de la efemérides se ha dado un baño de multitudes en los principales medios del país, blasonando de ese triunfo mientras un coro de pelotas le hacen la ola desde los medios.
Los católicos, que entonces sí votaban, dieron su apoyo a Aznar. No sabían que Pedro Arriola, el Iván Redondo de entonces, repetía con desprecio que el voto católico no existía
Es verdad que la gestión económica de Aznar fue buena pero no lo es que él uniera a la derecha. Es más, el fue quien empezó a quebrar la derecha española que, en nuestro caso, sólo podía ser derecha cristiana.
A ver, no sé de qué se pavonea José María Aznar. Fue él quien descristianizó el Partido Popular… y ahí comenzó la caída de la formación y de ahí surgió, por ejemplo, el triunfo de Vox. Si Aznar y luego Rajoy, hubieran sido fieles a sus principios, el Vox de Santiago Abascal no habría emergido.
Porque ya antes de 1996, Aznar suprimía de su puño y rayajo, en sus borradores de discurso, cualquier alusión al aborto. Y el aborto es mucho más que el aborto: el derecho a la vida conforma la filosofía de cualquier partido político porque, sin ese derecho todos los demás se convierten en coyunturales… y un derecho básico nunca puede ser coyuntural.
Ahí comenzó la gran traición de Aznar a su cosmovisión particular y de los populares a España: lo llamó centrorreformismo y coló en algunos casos, pero no muchos.
Es lo malo que tiene la incoherencia: te salva la vida por un tiempo pero, al final, te mata
Los católicos, que entonces sí votaban, dieron su apoyo a Aznar pensando que cambiaría. Y es cierto, cambió hacia la incoherencia total ente sus principios y su quehacer político. No sabían que Pedro Arriola, el Iván Redondo de entonces, repetía con desprecio que el voto católico no existía.
Pero es lo malo que tiene la incoherencia: te salva la vida por un tiempo pero, al final, te mata.