Abengoa no logra el apoyo del 66% de los acreedores, a pesar del subidón en bolsa
Abengoa no ha conseguido en el plazo previsto las adhesiones que esperaba de los acreedores de nueva deuda al contrato de bloqueo (o lock-up) y vuelve a ampliar las fechas límite. Se complican las cosas, por tanto, para la ingeniería, que en bolsa sigue a otro ritmo. Es más, las acciones de clase A han subido este lunes un 12,3%, a 0,023 euros, y las de tipo B, un 9,21%, hasta 0,008.
Abengoa suscribió un acuerdo con los principales tenedores de deuda a finales de año, pero necesita, en cualquier caso, al apoyo del 66% del resto. Ahora, amplía de nuevo el plazo, como informa en un hecho relevante (en el documento adjunto), que sigue al comunicado del pasado 15 de enero.
El plazo para enviar la carta de adhesión se amplía al día 25 para bonistas y al 28 para los demás
Alarga las fechas, en concreto, hasta el 28 de enero, para que envíen la carta de adhesión los impugnantes, entidades avalistas y acreedores del segundo tramo de dinero nuevo (new money 2) y del old money, y hasta el día 25, en el caso de los bonistas.
La ingeniería que preside Gonzalo Urquijo (en la imagen) se comprometió con los bancos a dejar en suspenso hasta el 31 de enero el ejercicio de cualquier acción o derecho y a congelar cualquier trasmisión de deuda. Confía para ello en lograr el apoyo del 66% de los acreedores en todos los tramos, 1 o 2, y en el conjunto, pero de momento no lo tiene.
Mientras en la primera gran reestructuración (la de 2017) tenía dar sentido dar más plazo a los acreedores para las adhesiones -ya que en caso de no adherirse, las condiciones podían emperorar-, en este caso las condiciones son las que son (no van a empeoran ni mejorar), pero es necesario, en cualquier caso, contar con la mayoría del 66%. Es posible que las reticencias provengan del tramo del old money.
De ese apoyo depende el acuerdo firmado en septiembre. Tiene dos aspectos claves. Por un lado, la sustitución de deuda financiera por deuda convertible a 10 años. Y por otro, una inyección de liquidez de 95 millones del Santander (mediante una emisión de bonos, hipotecando la planta de cogeneración mexicana Tercer Tren o AT3), y el compromiso de los bancos para que Abengoa disponga de una nueva línea de avales por 140 millones para alejar el peligro de concurso de acreedores.