La ministra del PSOE Celaá insiste en la ideología de género en la escuela y lo hará con la asignatura de Valores Cívicos y Éticos
Este martes, conviene recordar lo que pretende la nueva ley de educación del PSOE: ‘educar’ a los niños, desde los seis años, en diversidad afectivo-sexual, que significa... justo eso que está usted pensando. En la Comisión de Educación del Congreso, la ministra del ramo, Isabel Celaá, ha explicado los cinco pilares de la ley que pretende derogar la LOMCE, entre ellos, el que se basa en la igualdad de género, cómo no, no podía faltar en un Gobierno tan progre.
Celaá quiere imponer la coeducación y fomentar el aprendizaje de la igualdad, la prevención de la violencia de género y el respeto a la diversidad afectivo-sexual en la escuela. Todo ello, gracias, a una nueva asignatura: Valores Cívicos y Éticos, que se puede considerar una ‘Educación para la Ciudadanía bis’, pero que podría ser peor que la impuesta por Zapatero, la cual explicaba a niños de 10 y 11 años qué era el coito anal y el sexo oral.
En Educación para la Ciudadanía se explicaba a niños de 10 y 11 años qué era el coito anal y el sexo oral
El resto de “enfoques” de la ‘ley Celaá’ son:
- Derechos de la infancia entre los principios rectores del sistema, defendiendo “el interés superior del menor y su derecho a la educación”.
- “Elevar los resultados de todos los estudiantes con una dinámica de mejora continua de los centros educativos y una mayor personalización del aprendizaje”. A la ministra se le ha olvidado que fomentará la flexibilidad, o sea, el mínimo esfuerzo: se podrá obtener el título de Bachillerato con alguna asignatura suspensa.
- Atender el desarrollo sostenible de acuerdo con la Agenda 2030. Ya saben, progresía verde al poder.
- Tener en cuenta el cambio digital y que afecta a la actividad educativa.
Celaá no habla de la asignatura de Religión pero sí Podemos, que recuerda que deseaban que fuera una asignatura extracurricular
Celaá también ha insistido en “evitar la segregación” (lo que podría ser una alusión a la educación diferenciada por sexos), aunque esta vez no ha mencionado la asignatura de Religión, que quedará marginada (ya saben que ahora será de oferta obligatoria y elección voluntaria, y no contará para la media... pero no todo es culpa de los socialistas: la marginación empezó en 2013, con la 'ley Wert', que quitó la obligatoriedad de la Religión en Bachillerato). Sí, lo ha hecho Unidos Podemos, recordando que su apuesta era que fuera una asignatura extracurricular, como pasa en Francia. Además, los neocomunistas han aplaudido la mayor personalización, algo que favorecerá la inclusión de personas con discapacidad, y han recordado al actor Jesús Vidal (recientemente premiado en los Goya), pero la diputada Sandra Moneo (PP) les ha recriminado que “para que esas personas discapacitadas vayan a la escuela primero tienen que nacer”, aludiendo al elevado número de abortos eugenésicos que hay en España.
Podemos alaba la mayor personalización, pues favorecerá la inclusión de discapacitados, y PP le recrimina que para que estos vayan a la escuela primero tienen que nacer
La titular de Educación ha presumido de que el texto de la ley “ha ido incorporando las opiniones y propuestas de las personas y organizaciones que están participando en los procesos de consulta”. Sin embargo, no a todas se las tiene en cuenta de la misma forma: recuerden que recibió a CONCAPA bastante tarde y se comprometió a contar con ella... con la reforma educativa cerrada: una burla y un paripé, ni más ni menos. Además, no hay que olvidar que Celaá desconoce el presupuesto que destina su Departamento a la educación concertada.
Y por cierto, ojo al tema de las cotizaciones a la Seguridad Social de los becarios. El Gobierno ha vuelto a demostrar altas dosis de improvisación (como en su día, cuando anunció la subida del SMI… sin tener en cuenta lo que afectaba a los autónomos). Celaá ha señalado que no cotizarán “si eso genera perjuicio”, reconociendo que los empresarios son reticentes a dicho pago, pero además ha puesto en evidencia una falta de coordinación con el Ministerio de Trabajo que dirige Magdalena Valerio.