- Ganó 7.336 millones en 2017, con un "año récord" en el área de farmacia, donde incluye las píldoras y abortivos.
- Las ventas del grupo crecen un 0,2%, frente al 2,6% de la división farmacéutica y el 8,7% de los abortivos.
- Además, la multinacional sumó la venta de un 36% de Covestro por 4.700 millones de euros.
- Ahora, espera cerrar la compra de Monsanto, en el segundo trimestre, otro oligopolio en ciernes.
Bayer ganó 7.336 millones en 2017, un 62% más en 2017, gracias a "otro año récord" en su
división farmacéutica, como su presidente ejecutivo,
Werner Baumann (
en la imagen, a la izquierda, junto el financiero, Johannes Dietsch).
Esa división representa un 49% de las ventas
y aporta más que las divisiones consumo, la agrícola o alimentación animal juntas. Con todo, son resultados peor de los esperado, aunque cumple "con su estrategia" (
sic), a pesar de que el
Ebitda no se mueve (9.288 millones).
A eso se unen, los beneficios conseguidos por la venta el 36% de
Covestro (4.700 millones), donde su participación se reduce ahora al 14,2%. Pero el
entretenimiento de Bayer, de momento, está en el
asalto a Monsanto -un nuevo
oligopolio en perspectiva- algo a lo que parece dispuesta la Unión Europea pero con condiciones. Espera cerrar la operación en el segundo trimestre de este año.
Bayer ya se ha comprometido a vender activos de semillas y herbicidas por 5.900 millones a la química
Basf. No obstante, el nuevo gigante tendrá más de una cuarta parte del mercado mundial de semillas y plaguicidas.
La explicación a los
resultados, por tanto, está de nuevo en la
división de farmacia, donde incluye, cómo no, su
sucio negocio abortivo, que aumenta un 9,3% las ventas frente al negocio de medicamentos con receta, que aumenta un 4,3%.
Las ventas de esa división crecieron un 2,6% (hasta 16.847 millones), frente al 0,2% de las ventas del grupo (hasta 35.015 millones). La división agrícola redujo sus ventas un 3,4% (9,577 millones) y las del área de consumo (
Consumer Health), un 2,9% (5.862 millones).
En el
negocio abortivo de Bayer, dicho sea, están las píldoras y abortivos, que no le han salido gratis, por cierto (por los secuelas en varios de ellos, como el
Yasmin o
Yasmiselle, que provocan
trombosis y embolia, el
Essure,
también en España, o los dispositivos intrauterinos liberadores de hormonas de la familia de productos
Mirena).
Rafael Esparza