Sebastián Albella (CNMV), Ángel Ron (Popular) y Elke Köning (JUR).
Apenas creo en las conspiraciones, pero sí en los consensos. Es más, creo que vivimos en le era de los consensos, no de las conspiraciones, pero también, que éstos pueden ser más peligrosos que las últimas.
Además, no hay ninguna conspiración contra el destronado presidente del Banco Popular, Ángel Ron, pero sí una confluencia de intereses según la cual, a la presidenta de la JUR, la alemana Elke König, al presidente de la CNMV, Sebastián Albella, así como a los presidentes del Santander y al ex de Popular, Emilio Saracho, a todos ellos, les interesa que el caso Popular se cierre cuanto antes.
Elke König moviliza a sus subordinados para cerrar el caso Popular al precio que sea
Para ello, nada sería mejor que colocar en el banquillo al presidente de Popular, Ángel Ron, certificando así en los tribunales su culpabilidad o, al menos, su imputación.
Por de pronto, la JUR ha reducido de casi 100 a seis las reclamaciones que permitirá acerca del regalo del Popular al Santander: un banco que capitalizaba 1.300 millones de euros por un euro.
Pedro Sánchez apoya a Ana Botín y el gobernador, Hernández de Cos, es el hombre del BCE en España
Dos españoles no son ajenos a este consenso. Por un lado, como ya hemos informado en Hispanidad, Ana Botín, presidenta del Santander, que ha sido el primer banquero en entrevistarse con Pedro Sánchez. Se cayeron muy bien y Botín se marchó con la seguridad de que el nuevo gobierno no reabrirá el caso. Para Sánchez, progresista de pro, se trata del banco del Opus: bien haya quien lo mató.
Encima, el nuevo gobernador Pablo Hernández de Cos no está por la labor de enmendarle la plana a Europa. Hernández de Cos ha rendido el BdE al BCE como no lo había hecho su predecesor. No moverá un dedo por el Popular, mientras que, para Linde el asalto al Popu fue una tarea realizada a sus espaldas.
Sebastián Albella, pasa al ataque: se busca una manipulación contable del equipo Ron, que no del equipo Saracho
Pero la clave de toda la campaña consiste en la actitud del presidente de la CNMV, Sebastián Albella. Porque para sentar en el banquillo a Ángel Ron hay que buscarle un delito, al menos una irregularidad. Curiosamente, no se le reprocha nada a Emilio Saracho, que pasaba por allí, pero sí a Ron que es el que ha plantado batalla. Pues bien, Albella, con una desfachatez impresionante, insiste en encontrar irregularidades en las cuentas del popular de Ángel Ron, sobre todo, en el ejercicio 2016.
Lo curioso es que Albella, recuerden, era socio director de Linklaters y este bufete de abogados asesoró –cobró- del Popular en la segunda y trascendental ampliación de capital, en la que el propio Albella fue convocado ante el Consejo del Banco Popular y les soltó a los vocales aquello de que lo habían hecho todo estupendamente.
Actitud suicida en cuanto Albella bendijo las cuentas de Ángel Ron cuando Linklaters trabajaba para él
Por tanto, actitud suicida, en cuanto Albella bendijo las cuentas de Ángel Ron cuando trabajaba para él y ahora, son posibles ciertas irregularidades. Es lo que más anhela Elke König, quien ya sólo tiene una posibilidad: demostrar que el Popular estaba arruinado, aunque no lo estuviera. De otra forma, su gran envite para instruir un proceso europeo de liquidación de entidades quedaría en entredicho. Lo cierto es que después de la chapuza del Popular, König y su sistema… ¡están en entredicho y en interdicto!
Por eso hay que llevar al banquillo a Ángel Ron.