Una planta fotovoltaica de Iberdrola situada en San Luis de Potosí (México)
Iberdrola sacará más tajada de la energía solar, aprovechando que su presidente, Ignacio Sánchez Galán, ya no la ve como “producto financiero”, algo que sucedía hace unos años, sino que la cree capaz de sustituir la central nuclear de Almaraz (Cáceres). Y esta mayor tajada vendrá con la entrada en Portugal, tras adjudicarse la construcción de 149 megavatios (MW) fotovoltaicos.
La eléctrica inició su actividad comercial en el país vecino en el año 2002, entró en el segmento residencial y de pequeños negocios en 2013 y cuatro años después, empezó a comercializar gas natural. Hoy es la tercera en cuota por número de clientes de luz y la segunda por consumo. Claro que la energía solar no es su primera apuesta renovable en Portugal: está desarrollando el complejo hidroeléctrico del Támega, que supone una inversión superior a los 1.500 millones de euros y es uno de los mayores proyectos en esta energía en Europa de los últimos 25 años; y también cuenta con tres parques eólicos (Catefica, Alto do Monção y Serra do Alvão) que suponen una potencia de 92 MW.
Tras conocerse la adjudicación de los 149 MW fotovoltaicos, que se distribuyen en dos regiones (Algarve y valle del Tajo), Galán ha señalado que “estos nuevos proyectos ponen de manifiesto la apuesta de Iberdrola por las energías renovables para seguir contribuyendo a la transición hacia una Europa descarbonizada”. Y es que a verde, parece que no le gana nadie en España... bueno, o quizá sí, la ministra de Transición Ecológica en funciones, Teresa Ribera.