Disney sigue metiendo la tijera en la plantilla... pero no en la agenda LGTBQ
The Walt Disney Company ha elevado el ajuste a 32.000 empleados, desde los 28.000 que anunció a finales de septiembre, tras el pinchazo que ha tenido por el coronavirus (ha perdido más de 2.400 millones de euros en su último año fiscal -octubre 2019 a septiembre 2020-). Parece que no le ha salvado su agenda LGTBQ, por la que tanto apuesta.
El gigante de ocio y entretenimiento ha anunciado que prescindirá de 32.000 empleados, sobre todo del negocio de Parques, Experiencias y Productos, en la primera mitad de su año fiscal 2021 (es decir, la que corresponde al periodo octubre 2020 a marzo 2021). Asimismo, no descarta tomar medidas adicionales en el futuro, como: interrumpir el pago de dividendos, obtener financiación adicional, reducir o no hacer ciertos pagos (contribuciones a planes médicos de jubilación), suspender aún más los gastos de capital, otras reducciones de plantilla o incluso bajar inversiones en contenidos de cine y televisión.
En su último año fiscal, la facturación de operaciones internacionales y servicios de suscripción (incluye Disney+, ESPN+ y Hulu) se disparó un 81%, alcanzando los 14.361 millones
Respecto a esto último, conviene recordar que en su último año fiscal, los ingresos del negocio de estrenos cinematográficos bajaron un 13%, hasta 8.156 millones de euros, mientras que subieron un 14% los del negocio de canales de televisión, a 24.036 millones. Sin embargo, la posibilidad de bajar inversiones en estos contenidos no es baladí, y se podría apoyar en otras cifras: la facturación de operaciones internacionales y servicios de suscripción (incluye Disney+, ESPN+ y Hulu) se ha disparado un 81%, alcanzando los 14.361 millones.
Eso sí, Disney ha reconocido tener una agenda LGTBQ+ para los niños, los ejemplos son muchos, y no renuncia a ella pese a los pinchazos, pues dicha agenda tiene el apoyo de la cúpula. Y es que los contenidos del gigante de ocio y entretenimiento no son tan inocentes como deberían, sino que reflejan, cada vez más, el adoctrinamiento propio del pensamiento políticamente correcto, del Nuevo Orden Mundial (NOM). Es decir, ideología de género (feminismo y homosexualismo) y ateísmo (mucho panteísmo y nada de Dios). Una agenda LGTBQ para niños que el líder de Vox, Santiago Abascal, ha tildado como corrupción de los menores.