El Consejo de DIA quiere la inmolación de los accionistas
El Consejo de Administración de DIA no ha convocado la Junta de Accionistas para bloquear al fondo LetterOne de Mikhail Fridman, sino que ha dado el único paso que puede, en las actuales circunstancias, y por tanto, inevitable. Otra cosa son las interpretaciones -libres, faltaría- que se dan a esa iniciativa, cuyo desenlace no depende de títulos del equipo directivo -insignificante-, sino de los del accionista de referencia (29%). Mientras, las acciones siguen cotizando a la baja (más del 1% este lunes) y así seguirán, porque cotizan, en paralelo, el riesgo de que la OPA no salga adelante.
Y a esa consideración se une otra, sarcástica: lo que la convocatoria plantea es lo más parecido a pedir la inmolación del accionista, porque en eso consiste plantear una ampliación de capital con un recorte previo del 90% del valor nominal de las acciones y, a partir de ahí, sin despeinarse, solicitarles una inyección de dinero nuevo, nada más y nada menos que de 600 millones.
Por eso, en fin, el paso del Consejo es inevitable, forzado por el patrimonio negativo del grupo. Va más lejos, incluso, por la misma razón, que el magnate ruso, que plantea una ampliación de 500 millones, a un precio próximo de los títulos a 0,10 euros, como consta en el anuncio previo de la OPA, ¡no a los 0,01 euros por acción!, como consta en la convocatoria (en documento adjunto).
Plantea a los accionistas un recorte del 90% del valor nominal y, sin 'despeinarse', que inyecten dinero nuevo por 600 millones
Si el planteamiento del magnate ruso es demoledor para el accionista, el del Consejo es lo más parecido a su desaparición. En cualquier caso, es una secuela más del enfrentamiento entre el equipo gestor y LetterOne.
El fondo ya lo bloqueó al anunciar una oferta voluntaria por DIA, y terminará por noquearlo cuando presente formalmente la OPA a la CNMV para su aprobación. La última palabra depende como siempre del regulador. La alternativa, que nadie desea, es el concurso de acreedores.
Hispanidad informó este sábado de los planes de Fridman, que apuntan a inundar de acciones el grupo DIA para reducir la deuda a 700 millones, hasta dos veces el Ebitba, y, a partir de ahí, quedarse con un grupo saneado. A la ampliación de 500 millones se uniría un préstamo convertible en acciones de 400 aproximadamente.
El anuncio del Consejo, por cierto, se refiere en el punto 6.2 a “combinar” una ampliación de capital con una emisión convertible en acciones con un importante máximo equivalente al 20% del capital social, decisión tomada en la Junta de Accionistas de abril de 2016. Eso, sin tener en cuenta los puntos que introduzcan los accionistas en el orden del día.
El desenlace, obviamente, llegará en la Junta, y tal vez el destino final del actual Consejo. Casi sobra decir, mezclando ingredientes, que en esa asamblea ya no contará, como hasta ahora, el mucho ruido y pocas nueces reinante, como las medidas concretas, sin perder de vista que el único interesado es Fridman, que quiere lo máximo de DIA con el menor coste.
El magante ruso tiene todo previsto, pendiente de cerrar un acuerdo en la negociación con los bancos
El magante ha puesto dos condiciones a la OPA, inminente. Por un lado, un acuerdo con los bancos, cuya negociación está a punto de cerrar. No plantea quita de deuda, sino aplazamientos en los pagos y mejoras en los intereses que aplica.
Las entidades conocen el punto débil del sector de distribución, en fase de repliegue y de cierre de puntos de venta, tras años de ampliación. Por otro lado, que acepte la OPA al menos el 50% de las acciones (con su 29%, le basta el respaldo del 35,5%).
El Consejo y Fridman, en el entretanto, siguen enrocados cada uno en lo suyo, que afecta al plan de negocio -en el caso de LetteOne, prestando más atención a los franquiciados-, y a la necesidad de cubrir las necesidades de capital en ausencia de ofertas competidoras.
De esos extremos dependerá la fluctuación en bolsa de las acciones. Sigue por debajo de los 0,67 euros que ofrece L1 Retail, un goteo a la baja que puede seguir porque cotizan un riesgo, que hay que tener siempre en cuenta, que la operación de Fridman no salga adelante.