La segunda tanda de fusiones bancarias se ha abierto con el anuncio de la operación entre Unicaja y Liberbank. Pero los movimientos no se ciñen a la parte mediana del cuadro. Efectivamente, el futuro del sector pasa por la fusión Sabadell-Bankia o BBVA-Bankia.

Como se pueden imaginar, no es algo que vaya a suceder mañana, entre otras razones porque no hay consenso entre los implicados. La fusión Sabadell-Bankia la busca y la quiere Josep Oliu, pero no convence a José Ignacio Goirigolzarri. Y eso, a pesar de que es la operación que tiene más sentido industrial, el aspecto que más le gusta resaltar a Goiri cuando se habla de fusiones.

Josep Oliu está por la labor pero a Goiri le interesa más BBVA

El único punto de fricción entre ambas sería la Comunidad Valenciana, donde las dos entidades son fuertes. Bankia por Bancaja y Sabadell por la CAM. Los solapamientos en el resto de las regiones sería mínimo y, además, de golpe y porrazo, Bankia ganaría presencia en Cataluña, una de sus zonas más ensombrecidas. Además, la entidad resultante se alzaría como una de las más importantes en servicios a pequeñas y medianas empresas, una de las aspiraciones del equipo de dirige Goirigolzarri.

Oliu está por la labor pero Goiri solo tiene ojos para BBVA. El problema aquí no es Bankia, sino BBVA y su nuevo liderazgo encabezado por Carlos Torres y Onur Genç, centrado en la digitalización más que en cualquier otra cosa. De hecho, más que del negocio bancario, en los distintos foros a los que acude, Torres solo habla de los aspectos digitales, de los premios que ha recibido la aplicación del banco y de lo contentos y satisfechos que están los clientes.

Ahora bien, como adelantó Hispanidad, Goiri no ha renunciado a su antigua casa en la que, por cierto, los viejos del lugar -los pocos que quedan- le recibirían con los brazos abiertos.

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Por supuesto, cualquiera de las opciones están bien vistas en el Banco de España y en el BCE, para los que lo único que cuenta es el tamaño de las entidades. Cuanto más grandes, mejor, aunque no sean ejemplo de negocio bancario.

Ni Santander ni Caixabank entran dentro de las opciones para una fusión con Bankia

¿No hay más opciones? A primera vista, no. El Santander está muy ocupado en ingerir el Popular y afronta un 2019 complicado, con ERE incluido y miles de reclamaciones en los tribuales. A eso añadan el desarrollo tecnológico que necesita en el ‘back office’, esto es, en lo que los clientes no ven pero que es fundamental para poder evolucionar tecnológicamente con la agilidad necesaria. Lo admitió el miércoles José Antonio Álvarez, durante su intervención en el XIV Encuentro Financiero organizado por el IESE y EY. Según el CEO del Santander y futuro presidente de Santander España y vicepresidente del grupo, la actualización plena de ese ‘back office’ llevará entre tres y cuatro años.

La única alternativa sería Caixabank, una opción que Gonzalo Gortázar ha descartado definitivamente durante las últimas semanas. La tarea de Caixabank para los próximos tres años se concreta en el plan estratégico presentado en Londres a finales de noviembre. Y allí se descarta cualquier operación corporativa.

El futuro mapa del sector pasa por la fusión Sabadell-Bankia o BBVA-Bankia.