Sánchez y Rivera, dos caras de la misma moneda progre
Quedan once días para que el Rey convoque elecciones si Pedro Sánchez no es capaz de que se apruebe su investidura en el Congreso. Por ello, la presidenta de la Cámara Baja, Meritxell Batet, se ha reunido con el monarca como paso previo al inicio de una ronda de consultas, los próximos 16 y 17 de septiembre. Es entonces cuando Tezanos decide publicar una de las encuestas del CIS que dan por victorioso a Pedro Sánchez en unos posibles comicios el diez de noviembre, augurando que Ciudadanos quedará por debajo de Podemos.
El francés Emmanuel Macron ya empujó a los naranjas a pactar con Pedro Sánchez. No fue el único. Varios empresarios hicieron pública su preferencia de un gobierno de coalición formado por PSOE y Ciudadanos que uno en el que estuviera Pablo Iglesias. No obstante, Rivera comenzó su cruzada por hacerse con el liderazgo de la oposición, confirmando la negativa a las ofertas del presidente.
Sánchez confía en que Rivera pierda toda esperanza de sustituir a Casado como líder de la oposición y se vea obligado a unirse a su gobierno... o marcharse a casa
Ahora bien, el bipartidismo se refuerza en país. De hecho, la tendencia ya podía observarse al comparar los resultados de las elecciones generales de abril y de la triple cita electoral de mayo. Asimismo, las encuestas ratifican este cambio. Por su parte, el CIS no ha sido menos, calculando una caída de Ciudadanos que tan solo obtendría el 7,4% de los votos (en mayo se hizo con el 15,85%). Como conclusión: Pablo Casado reafirma su liderazgo a cargo de la oposición, mientras Rivera no parece ser capaz de retener a los suyos en un partido que pierde fuerza.
Iglesias ya ha criticado abiertamente a Sánchez por tenderle la mano a la derecha, en lugar de a la izquierda progresista. No obstante, continúa insistiendo en llegar a un acuerdo, ahora ya a la desesperada. Por su parte, el socialista confía en que Rivera pierda toda esperanza de sustituir a Casado y opte por unirse a su gobierno, sea en forma de coalición o de cooperación (los neologismos que estamos aprendiendo). Al fin y al cabo, la vicepresidencia no suena tan mal si se compara con el segundo puesto al otro lado de la valla, a la sombra del PP. Y que no sea por principios: el PSOE y Ciudadanos tienen más en común de lo que se ve a simple vista. O eso, o que Rivera se marche a su casa. Lo que interesa son sus votos.