Antonio Llardén es presidente de Enagás desde enero de 2007
Tras los resultados del tercer trimestre, Enagás mantiene el dividendo previsto, al que se comprometió con sus accionistas, así como las previsiones anuales (un beneficio neto de unos 400 millones de euros). Además, eleva su apuesta por la internacionalización, con buenas perspectivas de nuevas adjudicaciones en Kuwait y Grecia.
En la conferencia con analistas, la compañía gestora del sistema gasista español y transportista de gas ha confirmado que que abonará un dividendo de 1,68 euros brutos por acción, un 5% superior al del año pasado, independientemente de si cobra o no el de Tallgrass Energy. Y es que la energética estadounidense es la única participada que aún no ha decidido si va a abonar o no dividendo a Enagás, mientras que “el resto de participadas van a cumplir su previsión de dividendos”, ha señalado el CEO de la compañía gasista, Marcelino Oreja. Además, los accionistas pueden estar tranquilos y contentos, porque la compañía ha reiterado su política de remuneración para el periodo 2020-2026: o sea, no se verá afectada por la pandemia del Covid-19.
Enagás tiene una clara apuesta por el mercado norteamericano, como se reflejó en el aumento de su participación en Tallgrass, hasta el 30,2%. Aunque la internacionalización va mucho más allá del otro lado del Atlántico, en concreto, hacia el este del Mediterráneo y Oriente Medio. El CEO ha comentado que sería una “enorme posibilidad” la adjudicación del contrato para la operación y el mantenimiento de la planta de regasificación de Al Zour (Kuwait), una de las más grandes del mundo, por un periodo de cinco años y ampliables a otros dos. Enagás se presenta a ese concurso dentro del consorcio Desfa (donde también está la empresa italiana de infraestructuras energéticas Snam y el operador belga de sistemas de transmisión de gas natural Fluxys). Además, Desfa planea hacerse con un 20% de la planta de regasificación y almacenamiento flotante de Alexandroupolis (Tesalónica, Grecia), un proyecto que ascendería a 300 millones y de los que Enagás recibiría un impacto pequeño en sus cuentas (unos 3 millones).
Paralelamente, el presidente de Enagás, Antonio Llardén, ha señalado que ya tienen una docena de proyectos de hidrógeno renovable, de los que ocho o nueve podrían ponerse en marcha en 2021, si se tiene el marco para esta tecnología desarrollado (eso incluye cambios regulatorios en el marco de la UE). Asimismo, ha subrayado que para hacer inversiones en hidrógeno renovable hay que tener primero productores y consumidores.
El futuro es incierto porque, como les ocurre hoy a casi todas las empresas, el problema son los ingresos.