Junta de Accionistas de Siemens Gamesa celebrada en Zamudio (Vizcaya).
La Junta de Acccionistas de Siemens Gamesa puso en evidencia el encontronazo entre los dos principales accionistas, Siemens (59%) e Iberdrola (8%), pero ese choque cobra el relieve adecuado a la luz de los resultados de la asamblea que pueden ver en las imágenes que siguen. Muestras, básicamente, que la eléctrica que preside Sánchez Galán tiene el apoyo claro del resto de los accionistas. O visto al revés, que Siemens tiene poco más que el apoyo de sí misma.
De la Junta en sí ya informamos, incidiendo en que Siemens fuerza a Iberdrola a ir a los tribunales, mientras la alemana se enrocaba en contra de dos propuestas presentadas por Iberdrola. El rechazo de esos dos puntos -el 10, sobre mejoras en gobierno corporativo, y el 11, sobre la reficación de la sede- salió adelante por la oposición de Siemens, no del resto, lo que visualiza las tensiones entre accionistas, que no han terminado, puede ser objeto de impugnación y acabar ante la CNMV o lo tribunales.
En total, asistieron a la junta 1.175 accionistas en representación de 81,4% del capital. No sólo los accionistas mayoritarios, por tanto. Además de Siemens (59%) e Iberdrola (8,07%) contó también con otros inversores que tienen el 14,33% de los títulos.
El análisis de esos resultados, según fuentes consultadas por Hispanidad, prueba que el primer punto propuesto por Iberdrola fue tumbado por el voto de Siemens, hasta tal punto que sin ese apoyo, la propuesta hubiera salido adelante con un respaldo del 84,06% de los votos, el 9,98% en contra y el 5,96% de abstenciones.
La tensión entre Siemens e Iberdrola no remite, mientras los acuerdos de la Junta pueden ser impugnados y acabar ante la CNMV o los tribunales
También hubiera prosperado, incluso, sin tener en cuenta el voto de Iberdrola; es decir, con únicamente los votos de las acciones en manos de terceros. El resultado hubiera sido del 74,92% a favor, con un 15,7% en contra y el 9,38% de abstenciones.
Con variantes, hubiera pasado lo mismo con el segundo punto, relativo al mantenimiento de la sede social en España. Sin tener en cuenta los votos de Siemens, la propuesta hubiera salido adelante con resultado más ajustado, del 47,27% a favor frente al 45,51% en contra y el 7,22% de abstenciones.
Pero el resultado varía más sin los votos de Siemens ni de Iberdrola. En ese caso, la propuesta de Iberdrola hubiera sido rechazada con este balance: 47,27% frente a 17,05% y un 13% de abstenciones.
Dicho de otro modo: el voto de Siemens fue clave en el rechazo de la propuesta para mejorar los procedimientos de gobierno corporativo, al tiempo que prueba su soledad en ese punto frente al resto de accionistas.
Ni Rosa García, presidenta de Siemens en España, ni Markus Tacke, el consejero delegado de la eólica, se refirieron en su primera intervención a ninguno de los dos puntos, aunque en sus palabras latía un mensaje subliminal en contra de las propuestas de Iberdrola.
Ahora bien, la clara mayoría de los accionistas que no proceden de Siemens, como los fondos de inversión y los minoritarios, no se traslada a la ratificación de la sede en España, que tampoco Siemens quiso ratificar. Previamente, la presidenta del Comité de Auditoría de Siemens Gamesa había explicado, antes de que se votase, que entre sus funciones está velar por la corrección en las operaciones entre la empresa y los accionistas significativos. Añadió que los consejeros independientes no se dejan condicionar por ellas.
A la luz de los resultados, sin embargo, no convenció más que al ya convencido, Siemens. Tampoco sirvieron de nada las advertencias lanzadas por Iberdrola antes de la Junta de Accionistas, incluida la de replantear las condiciones con las que la CNMV eximió a la alemana de lanzar una OPA, ejercer su derecho a vender a 22 euros o salir del capital, poco probable, porque ya lo podría haber hecho.