• La entidad vive un proceso de reestructuración brutal, con márgenes en mínimos y una limitada capacidad para captar comisiones.
  • En este contexto, la dirección ha convocado a los sindicatos a una reunión el lunes 5 para negociar otro ERE.
  • Y cuidado, porque la medida puede no ser suficiente para remontar el vuelo.
  • Al final, Menéndez deberá elegir: o fusión o ampliación.
Nerviosismo en las filas de Liberbank. Como adelantó Hispanidad, la entidad que dirige Manuel Menéndez (en la imagen) atraviesa un proceso de reestructuración brutal, con unos márgenes en caída libre y una limitada capacidad para captar comisiones, los dos puntos clave del negocio bancario tradicional. Los inquietantes resultados del primer trimestre, con una reducción del beneficio del 15,4%, auguraban lo peor: un nuevo plan de ajuste. Así hemos llegado hasta este viernes, día en el que se han encendido todas las alarmas cuando la dirección ha convocado a los sindicatos a una reunión el lunes 5 para negociar un nuevo ERE. La situación es tan complicada que la reunión se va a celebrar antes del fin del anterior expediente, previsto para finales de junio. Los sindicatos, conocedores de la situación, han puesto el grito en el cielo. Para CSI, la dirección pretende "seguir esquilmando a los trabajadores mediante otro ERE fraudulento, y hacer que paguen con más recortes brutales los dispendios y los derroches de la nefasta gestión del consejero delegado y del Consejo de Administración". El cabreo es grande. Según CSI, mientras Menéndez se subió el sueldo un 19% en 2016 (hasta los 487.000 euros), los trabajadores han sufrido un descuento en sus salarios de 420 euros, desde el año 2013. Pero mucho cuidado: el nuevo ERE puede no ser suficiente para enderezar el rumbo de la entidad. Y eso es lo realmente inquietante. Piensen que durante los tres primeros meses del año, a pesar de la reducción de personal del 23% y del cierre del 16% de las oficinas, los costes de administración se han llevado el 55% de los ingresos. Al final, a Menéndez no le quedará otra salida que elegir entre una fusión o una ampliación. Y en el entretanto, otro ERE. Pablo Ferrer pablo@hispanidad.com