Orange acepta que las 455 salidas sean voluntarias, aunque se reserva el derecho de veto
La dirección de Orange España ha advertido a los sindicatos de que la segunda mitad del ejercicio va a ser complicada. “¡Cuidado, que vienen curvas!”, les dijo el director financiero, Diego Martínez, en julio, durante una reunión para pactar el nuevo convenio colectivo. Los mensajes, recogidos en la web de CCOO, no fueron nada halagüeños:
- Cada vez hay menos clientes premium -los que dejan más margen- y más clientes 'low cost', con la consiguiente caída de ingresos.
- La competencia está llevando a una nueva guerra de precios que lastra la rentabilidad del sector.
- Los clientes son cada vez menos fieles a una sola compañía, sobre todo en móvil, de tal manera que cada cuatro años se renuevan casi por completo las carteras.
- Orange sigue creciendo, aunque a un ritmo bastante más lento. El rendimiento comercial ha sufrido un frenazo considerable, cuando no un retroceso, en móvil, fijo y fibra.
- Por si fuera poco todo lo anterior, Orange España sostiene que varios pilares de crecimiento de años pasados están casi agotados. Por ejemplo, la migración de clientes a fibra propia o la reducción de márgenes por prestación de servicios a mayoristas.
A pesar de estos mensajes, la compañía confía en repetir la tendencia de 2018, esto es, lograr unos resultados muy positivos, aunque con un Ebitda inferior al estimado por el grupo.
Así las cosas, en el sector aumentan los rumores de un ERE en Orange España, que cuenta con algo más de 7.000 empleados. La filial del grupo francés seguiría así los pasos de Vodafone y Telefónica, que han reducido sus plantillas en nuestro país de una manera muy significativa.