El gobernador del Banco de España, Luis María Linde.
Luis María Linde ha explicado este martes, en la comisión parlamentaria que investiga la crisis financiera, que el Banco de España le otorgó al Popular toda la liquidez de emergencia (ELA) que pudo en función de las garantías que aportó la entidad presidida por Emilio Saracho. ¿De qué cantidad estamos hablando? Linde ha señalado que el BCE no ha autorizado al Banco de España publicar esa cifra. “Tenemos la petición hecha al BCE. Esperemos que se resuelva pronto porque no tenemos el menor interés en no contar las cifras”, ha afirmado.
Sin duda, el tema que ha centrado su intervención de este martes en sede parlamentaria ha sido el Popular. Linde ha indicado que es el Banco de España el que otorga la liquidez de emergencia a las entidades que lo soliciten. Ahora bien, si la cantidad supera los 2.000 millones de euros, el BCE debe dar la autorización correspondiente. Es lo que sucedió la mañana del 5 de junio, cuando el BdE le otorgó la liquidez solicitada tras el visto bueno del BCE. Sin embargo, el día siguiente, el Popular no entregó las garantías suficientes y se desencadenó el proceso de resolución y venta al Santander por un euro.
Sea como fuere, la intervención de Linde deja algunas incógnitas. Por ejemplo, ¿cómo es posible que el banco cayera por problemas de liquidez cuando, según el gobernador, el BdE y el BCE llevaban desde el mes de marzo haciendo un seguimiento exhaustivo, “varias veces al día”, de la liquidez de la entidad? Si la cosa acabó como acabó, ¿para qué sirve ese seguimiento?
En cuanto a los últimos test de estrés, realizados en 2016 y que el Popular aprobó aunque con peor nota que la media, Linde ha señalado que “no son garantía de nada”. Es decir, superar los exámenes de solvencia no significa nada y el hecho de que los supervisores analicen la liquidez varias veces al día, tampoco. En otras palabra, nunca tanta supervisión sirvió para tan poco.
Por cierto, Linde ha asegurado que las declaraciones que realizó la presidenta de la JUR, Elke König, fueron imprudentes pero, al mismo tiempo, inocuas.