Fernando Abril-Martorell ha logrado aumentar la cartera de pedidos, pero no hacer rentable en negocio
Como es costumbre y al final del periodo de presentación de resultados, INDRA, la compañía dirigida por Fernando Abril-Martorell y por, según parece últimamente, con la señora Montero (María Jesús) como ministra sargento con mando en plaza, ha hecho público sus números de cierre del ejercicio 2020, números que evidentemente a lo largo del periodo han ido empeorando, en especial a lo que se refiere al resultado, a medida que la situación sanitaria prolongada iba provocando retrasos en los proyectos iniciados y el consecuente deterioro económico generaba incertidumbres sobre el inicio de nuevos proyectos.
Como ya vimos en el pasado trimestre, INDRA había entrado en pérdidas en un contexto de un aumento histórico de pedidos y un descenso de ingresos, difícil de digerir, pero la ecuación se ha repetido en este último trimestre del año y por ende al cierre. La cartera de pedidos ha llegado a los 5.229 millones de euros (M€) con un incremento del 15,9% interanual (+718M€), siendo la división de T&D (Transportes y Defensa) la que más crece con un 20,7% mientras la de Mintsait lo hace un 6,2%. La contratación neta, 3.858M€, un 4,7% superior a la del ejercicio 2019, pero el resultado neto ha duplicado la pérdida registrada en el pasado trimestre y cierra en -65M€, que en el 2019 fue positivo de 121M€.
Descendiendo al detalle de la cuenta, los ingresos ordinarios, 3.043,4M€ han sido un 5% inferiores a los registrados en 2019 -160,5M€. Por negocios, T&D 1.120M€ (-5,8%) y Mintsait 1.924M€ (-4,5%). La misma cifra por regiones registra 1.581M€ (-0,6%) en España, 593M€ (-10,8%) en América, 565M€ (+3%) en Europa y 303M€ (-24%) en el resto de regiones. Esta última distribución me parece importante ya que uno de los motivos del resultado negativo obtenido ha sido la influencia de los tipos de cambio: -108M€ y, en el último trimestre, -35M€. La devaluación de monedas como el Real Brasileño, el Peso Mexicano y Colombiano han influido de forma determinante en la cuenta de INDRA que, al contrario de sus competidoras estadounidenses, contrata a precios locales y paga salarios europeos y en euros.
La devaluación de monedas como el Real Brasileño, el Peso Mexicano y Colombiano han influido de forma determinante en la cuenta de INDRA que, al contrario de sus competidoras estadounidenses, contrata a precios locales y paga salarios europeos y en euros
Los aprovisionamientos y otros gastos de explotación (1.107,8M€) han crecido un 6,9% respecto a 2019 y los gastos de personal han crecido en 120,2M€ con una plantilla para un ejercicio en pleno crecimiento y que, además, contemplan 33M€ de costes de reestructuración. La partida de otros resultados, con -49,9M€, ha dejado el EBITDA en 77,4M€, 268,8M€ inferior al obtenido en 2019 (-77,6%). Dentro de esta cifra se ha contemplado una provisión de 189M€ para el plan de acción por la situación Covid y unas plusvalías de 36M€ por la venta de la sociedad Metrocall.
Las amortizaciones han sido inferiores en 14,9M€ y el resultado financiero (-41,1M€) ha sido un 6,9% inferior a 2019. El endeudamiento financiero ha crecido en 260M€ y se sitúa en 1.666,2M€, mientras que la caja generada en el ejercicio es de 85,8M€, como consecuencia del crecimiento en desinversiones y los 36,8M€ menos de Capex.
Este ejercicio parecía que iba a ser el del resurgimiento de Abril-Martorell. La previsión era de volver al dividendo después de ocho ejercicios en la transición del desierto y el principio del ejercicio parecía abrir un rayo de esperanza. Pero a pesar de la resistencia de los dos primeros trimestres, la tormenta no escampó: los retrasos en los proyectos, la sobredimensión de una plantilla dimensionada en modo expansión, la propuesta de un ERE de 1.036 empleos que la ministra Montero ha obligado a reducir a 580, y 125 más en ERTE limitado ha llegado tarde y recortado, y si a esto unimos los problemas de rentabilidad en la compañía con la relación ingreso proyecto/salarios y una situación económica como la que vivimos, pues apaga y a esperar al próximo ejercicio en el que volvamos a prometer la vuelta al dividendo, cerrando el círculo perfecto.
Loss retrasos en los proyectos, la sobredimensión de una plantilla dimensionada en modo expansión, la propuesta de un ERE de 1.036 empleos que la ministra Montero ha obligado a reducir a 580, y 125 más en ERTE limitado ha llegado tarde y recortado
Una pequeña maldad antes de acabar: INDRA ya ha conseguido este 2021 su contrato por escrutinio de elecciones y ha sido el 14F y en Cataluña. El Gobierno independentista, sí, esos que se han comprometido a no contratar con empresas del maligno Ibex-35, tuvo que llamar a INDRA in extremis, por incomparecencia de la adjudicataria amiga, SCYTL, catalana por supuesto que, además de chapucera, se quedó con las ayudas recibidas. Así les luce el pelo.