• No es lo mismo gestionar a los sesenta que a los setenta o a los ochenta.
  • Y no por incapacidad, sino por los compromisos contraídos.
  • Nuevo episodio. Amortización de acciones en OHL. No puedes estar beneficiando constantemente al patrón y perjudicando a los minoritarios.
  • El comienzo de la gestión de Juan Villar-Mir de Fuentes consiste en enmendar los errores del último tramo de mandato de su padre.
  • Errores ocurridos durante los tres últimos años como líder máximo… que es lo que suele ocurrir.
  • Recomprar un 3% del capital sólo servirá para cargar a la empresa, no para mejorar el dividendo.
  • Y encima la acción se ha vuelto a despeñar en la sesión bursátil del martes.
Dos hechos relevantes de OHL, ahora presidida por Villar-Mir hijo, es decir, por Juan Villar-Mir de Fuentes. Plan de recompra de acciones, se supone que para amortizarlas, de casi un 3% del capital. Se atribuye la iniciativa a Tomás García Madrid, el nuevo Ceo, aunque es la primera medida de enjundia que toma el nuevo presidente, Juan Villar-Mir de Fuentes, hijo de Juan Miguel Villar Mir. Y es que la acción se había despegado un 10% y acotación no estaba para muchas bromas, precisamente. Ahora bien, amortizar acciones no sirve más que para… que la bolsa se haya despeñado por encima del 4%. OHL vale ahora 850 millones de euros. Afortunadamente, el grupo Villar Mir, que aún preside el ex vicepresidente de Gobierno con la UCD, o sea Villar Mir padre, aunque pasaría en breve a manos de su hija Silvia, tiene la mayoría del control. Ahora bien, el progresivo endeudamiento de las últimas fechas -probablemente el gran error de un veterano exitoso -espléndido gestor- como Villar Mir- no se soluciona en un día. Villar-Mir hijo debe usar un tiempo enmendando los errores cometidos por su padre y por el anterior Ceo, Josep Piqué. De ello resultará lo de siempre: una grupo jibarizado. Por de pronto, lo que está claro es que difícilmente podrá mantener su actual posición en Abertis, a pesar de que se ha convertido en su inversión más revalorizada. Y es que lo mismo ha ocurrido en la gran empresa española ya demasiado veces. Se resisten a retirarse y no es lo mismo gestionar a los 60 que a los 70 y no digamos nada a los 80 años. Y no se tira de la edad -a fin de cuentas tiene más experiencia- sino de los compromisos adquiridos al permanecer tanto tiempo en el cargo, unos compromisos que acaban siendo verdaderas ataduras. Ocurrió con Emilio Botín, en el Santander, con Isidoro Álvarez en El Corte Inglés, con César Alierta en Telefónica… y ahora con Villar Mir. Todos ellos, ojo, espléndidos gestores pero incapaces de pasar el testigo. Con una diferencia importante…  entre aquellos que se han mantenido como presidentes con un ceo todopoderoso y aquellos que se han negado a delegar el poder y han sido presidentes y ceos a un tiempo. Eulogio López eulogio@hispanidad.com