Joe Kaeser, presidente y CEO de Siemens, junto a Jim Hageman, presidente del Consejo de Supervisión, a quien sustituirá en 2021. Roland Busch relevará entonces a Kaeser
En los últimos días, Siemens ha recibido una de cal y otra de arena. Por un lado, una bronca de su principal accionista, BlackRock, es decir, del mayor fondo del mundo, por su actuación en Australia; y por otro, ha firmado la ansiada paz con Iberdrola en Siemens Gamesa.
El gigante industrial alemán ha afrontado estos dos hechos bien distintos tras celebrar su Junta de Accionistas en Múnich el pasado miércoles. Un escenario donde anunció la inversión de 1.000 millones de euros hasta 2025 en reducción de emisiones de dióxido de carbono (CO2), confirmando su deseo de alcanzar la neutralidad climática en 2030. Pero la Junta no fue un camino de rosas: desde hace casi un mes, Siemens ha tenido que lidiar con grupos ecologistas, entre ellos, cómo no, con miembros del movimiento creado por Greta Thunberg (‘Fridays for Future’) que en Alemania tiene a una líder local, Luisa Neubauer. ¿El motivo? El contrato de señalización ferroviaria para la mina de carbón Carmichael, que construirá el grupo indio Adani, en el estado australiano de Queensland.
BlackRock, que ahora se ha vuelto ‘verde’ (la sostenibilidad será el nuevo pilar de inversión) señaló que Siemens necesita llevar a cabo una revisión más exhaustiva de los riesgos potenciales...
El CEO de Siemens, Joe Kaeser, se entrevistó el pasado 10 de enero con Neubauer y otro activista. No fue sólo una reunión de cortesía: Kaeser llegó a ofrecerle un puesto a la ‘Greta alemana’ en el consejo de vigilancia de Siemens (uno de los dos órganos de dirección en las grandes empresas germanas), pero ella lo rechazó. Días después, en una reunión extraordinaria del consejo de administración, “evaluamos todas las opciones y concluimos que debemos cumplir nuestras obligaciones contractuales”, señaló Kaeser en un comunicado, donde también hizo constar que siente “mucha empatía por los asuntos ambientales, necesito equilibrar los diversos intereses de las distintas partes”. De ahí, que anunciara la creación en Siemens de “un consejo de sostenibilidad para gestionar mejor en el futuro la cuestión de protección del medio ambiente”.
Sin embargo, todo esto no acabó con las protestas ecologistas, a las que el pasado martes se unió Greenpeace desplegando una pancarta en la sede del gigante alemán con el mensaje: “Los incendios empiezan aquí. Stop Adani”. Como saben, Australia ha sufrido en los últimos meses una ola de incendios sin precedentes y los científicos han culpado al cambio climático, que es provocado, entre otros factores, por la quema de carbón. En la Junta, Kaeser explicó que el contrato apenas supone 18 millones de euros, pero deben cumplir sus obligaciones contractuales, ya que “ser un socio creíble que cumple su palabra también nos asegura que seguiremos siendo un socio efectivo para un futuro más verde”.
Siemens firma la paz con Iberdrola: compra su 8% en Siemens Gamesa por 1.100 millones... y podrá integrarla en Siemens Energy
Un día después de la Junta, se conoció la bronca del principal accionista de Siemens, BlackRock, que es dueño del 5,4%, al publicarse el boletín de votaciones. El mayor fondo del mundo criticó que, aunque el gigante alemán hizo una revisión interna del proyecto con Adani, quedó patente “que necesita llevar a cabo una revisión más exhaustiva de los riesgos potenciales, incluidos los riesgos medioambientales, sociales y de gobernanza”. Y ojo, eso lo dice un sujeto que no es el más adecuado para dar lecciones: ha recibido crecientes críticas por no pedir cuentas a las compañías sobre cuestiones como el cambio climático. Eso sí, hace casi un mes, parece que se ha vuelto el más verde del mundo, tras anunciar que la sostenibilidad será el nuevo pilar de inversión, en una carta a sus clientes.
Paralelamente, Siemens ha alcanzado, por fin, la paz con Iberdrola en Siemens Gamesa… a golpe de talonario, eso sí. El gigante alemán ha comprado el 8% que tenía la eléctrica española a un precio de 20 euros por acción, lo que supone una prima del 32% y una cuantía total de 1.100 millones. Y esto le supone además una ventaja extra: podrá integrar Siemens Gamesa sin problemas en Siemens Energy, la nueva sociedad que va a crear para agrupar todo su negocio energético y quiere a sacar a bolsa.