Duro Felguera necesita sí o sí el apoyo de la SEPI
Parece que estamos ante una última oportunidad para Duro Felguera. Y es que esta ingeniería asturiana ha solicitado una reunión con la banca acreedora la próxima semana, según ha podido saber Hispanidad de fuentes bancarias.
La situación financiera es delicada, como saben, y la última muestra se pudo ver hace unos días, porque los pleitos la han vuelto a colocar al borde del concurso de acreedores. Todo ello, a pesar de que la dirección hizo una maniobra judicial y logró paralizar en el último momento la ejecución de avales (56 millones de euros) que Argelia pretendía ejecutar. Además, conviene recordar que en otra ejecución de avales en Dubai se juega 50 millones y que tiene pleitos abiertos en Australia por otros 60 millones.
La banca acreedora tampoco se cree que vaya a recibir ayuda de la SEPI porque cumple mal las condiciones para acceder al fondo de 10.000 millones de euros
La banca acreedora (liderada por el Santander) no ve claro la viabilidad futura de la ingeniería y está enfadada porque asegura que no les pasan información sobre los estados contables o la liquidez. Tampoco se creen que vaya a recibir ayuda a cambio de la entrada de la SEPI en el capital, porque cumple mal las condiciones para acceder al fondo de 10.000 millones de euros que explicó la ministra portavoz, María Jesús Montero, el pasado martes en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros: deben ser empresas viables, con beneficios en su último ejercicio y que pertenezcan a sectores estratégicos.
Los bancos llevan dos años, desde la última ampliación, sin ofrecer más financiación a Duro Felguera, pues se han cansado de poner dinero. Tiempo en el que también ha aparecido Blas Herrero en diversas ocasiones, aunque la dirección de la ingeniería no le quiere y la banca le mira con recelo. Herrero siempre pretende comprar barato y no poner dinero fresco. Y en toda la delicada situación, tampoco ayuda el CEO, José María Orihuela, pues el comité de empresa ha pedido su salida por tener enfrentados a plantilla y directivos, y porque los bancos no le cogen el teléfono, según informa Vozpópuli.