Inspirada en hechos reales que rodearon el caso de asesinato más terrible de la Historia danesa, un trauma que todavía se recuerda. Seguramente es una de las películas más duras y sórdidas que veamos este año.
Tras terminar la Primera Guerra Mundial, Karoline es una joven trabajadora de una fábrica textil que lucha por sobrevivir en Copenhague. Sin familia a la que recurrir, su situación económica es bastante precaria y todavía se complica más cuando se queda embarazada y es despedida de su trabajo. En esas penosas circunstancias conoce a Dagmar, una mujer que dirige una agencia de adopción clandestina y ayuda a las madres a encontrar hogares de acogida para sus hijos no deseados. Sin ningún otro sitio al que acudir, Karoline asume el papel de nodriza. Empujada por las circunstancias se crea una poderosa relación entre las dos mujeres, pero el mundo de Karoline se cae roto en pedazos cuando descubre la espeluznante verdad que se oculta tras su trabajo.
El director, Magnus Von Horn, define su película como un cuento de hadas para adultos, pero los acontecimientos que se narran son tan demoledores, por ejemplo se detallan  las secuelas físicas y psíquicas de los veteranos de la Gran Guerra a través del esposo de la protagonista, que ha optado por el blanco y negro, como el cine expresionista, para narrar esos hechos. En algunos momentos, la situación paupérrima en la que vive la protagonista recuerda las que Dickens narraba en sus geniales novelas. Además, a pesar de describir sucesos que ocurrieron hace un siglo, en el fondo aborda algo tan trágico como el tema de los niños no deseados, esos que sus madres no pueden mantener y quieren colocar en otra familia. 
Si bien el relato es interesante, en su puesta en escena su director ha optado por el tremendismo y una sordidez explícita innecesaria, que resulta bastante desagradable. La parte positiva es que vemos una evolución del personaje principal a mejor persona.
Las actrices protagonistas, desconocidas para el gran público, convencen en sus respectivos papeles. La película cuenta con una rotunda banda sonora y una puesta en escena y fotografía que nos traslada perfectamente a principios del siglo XX.


Para: los que quieran conocer historias reales tremendas y aguanten la sordidez.