El ministro de propaganda recuerda la figura de Joseph Goebbels que acompañó a Hitler durante siete años, desde marzo de 1938 hasta su muerte en mayo de 1945. Este film, que ha optado por realizar una ficción basada en fuentes históricas, incluidos diálogos auténticos, desentraña la figura de Goebbels, todo un maestro de la propaganda que sedujo al pueblo alemán, convenciéndolo de que sólo un hombre podía liderar su futuro y convertirlos en la primera potencia mundial: Adolf Hitler. Ganó el Premio del Público en el último Festival de Múnich.

La película, basada en los últimos años del régimen nazi, retrata a la perfección a este individuo exaltado, fanático de Hitler y  todo un experto de la manipulación quien, a través de la imagen y la puesta en escena de desfiles, discursos y películas de cine antisemitas, logró convencer a los alemanes de que, entre otras cuestiones, los judíos tenían la culpa de todos sus problemas.

El relato cinematográfico cuenta con una actuación fantástica de Robert Stadlober quien, a pesar de que físicamente no se parece al verdadero Goebbels, sabe transmitir en su discurso el tono incendiario que imprimía en sus apariciones en público el conocido ministro. Un padre de familia que, junto a su Magda, llegó a formar parte del círculo más cercano a Hitler y protagonizaron, con la muerte de sus seis hijos, uno de los capítulos más recordados de la crónica negra del nazismo. 

En la misma línea que la magnífica El hundimiento, El ministro de propaganda posee una recreación histórica meritoria, pero destaca especialmente su montaje, con imágenes reales de la época, algunas desconocidas, que ponen los pelos de punta sobre el salvajismo en las miles de muertes de judíos, que desembocó en la fatídica solución final, la cual acabó con la vida de 6 millones de judíos de toda Europa de forma rápida. 

Para: los que les guste el cine histórico de calidad.