No han sido una sino más voces las que han afirmado que Fuera de Temporada parecía una revisitación actual del clásico Breve Encuentro (1945), de David Lean, pero si en aquella se narraba el romance apasionado que sucedía  en un corto espacio temporal entre una pareja que acababa de conocerse, aquí es un reencuentro entre dos personas que se amaron en el pasado y cuya relación no tuvo un buen final. Sin embargo, ahora más maduros y viendo con realismo sus vidas, se sienten insatisfechos del rumbo que han tomado. También tiene coincidencias, por lo de la historia de amor entre dos personas maduras de vivencias muy diferentes, con Los puentes de Madison. En lo que coinciden los tres dramas es en la gran sensibilidad con la que están narrados.

Mathieu y Alice tuvieron una relación amorosa hace quince años y luego se separaron. Él es ahora un famoso actor que vive en París mientras que ella da clases de piano y habita en una ciudad costera del oeste de Francia. Cuando Mathieu, estresado, acude a descansar a un balneario, en la localidad que ella vive, se reencontrarán…

Pero, fundamentalmente, Fuera de temporada, es un estudio sobre el verdadero amor, que no tiene por qué ser en la juventud, y el director pone como ejemplo a la amiga de la protagonista, aunque se decanta por una relación lésbica (vivimos en una sociedad que lo que menos se valora es el amor heterosexual y comprometido). Sea como fuere, se trata de un film sereno, realista, dirigido a un público maduro al que no le importe un ritmo muy pausado, con un metraje excesivo.

El director francés Stéphane Brizé, conocido en nuestro país por La ley del mercado, firma esta historia de amor que se apoya en el magnífico trabajo de la pareja protagonista encarnada por el famoso cineasta francés Guillaume Canet y Alba Rohrwacher y tiene una banda sonora hermosa de Vincent Delerm.

El apartado que tiene algo de humor de la película es el que versa sobre las consecuencias de la fama. Al protagonista, un actor famoso, le van conociendo allí donde va, y la gente no se corta en decirle lo que opinan de su trabajo. Servidumbres de la popularidad.

Para: los que les gusten los dramas amorosos.