Una mujer y un hombre, Willa y Bill, que mantuvieron una relación amorosa en décadas pasadas, se reencuentran casualmente en la sala de espera de un aeropuerto puesto que, por cuestiones climatológicas, sus vuelos han sido desviados de sus destinos y cancelados temporalmente. Aunque en un principio son reacios incluso a hablarse, poco a poco se sienten de nuevo atraídos mientras revisan los motivos que provocaron su ruptura en el pasado.

  Había bastante expectación sobre el regreso de Meg Ryan, tras ocho años de ausencia.  a la comedia romántica más aún ejerciendo no solo de protagonista sino también de directora. Pero, desafortunadamente, Lo que sucede después defrauda.

A priori, contar con la denominada reina de la comedia romántica de los años 90 era todo un “puntazo” que se completaba por tener como pareja a otro famoso, David Duchovny, a quien encumbró la serie televisiva Expediente X. Ambos tienen química pero lo que falla en este film es el guión (de la propia Megan con Steven Detz y Kirk Lynn)  que es repetitivo en sus diálogos y tiene poco interés durante los  primeros 45 minutos. En este largo periodo la pareja verborrea sobre  cuestiones intrascendentes dentro de un escenario con elementos de realismo mágico, puesto que en la mayoría de las secuencias la pareja parece estar sola en el aeropuerto mientras una voz omnipresente (de Hal Ligget ) no solo les informa de los incidentes aéreos para que no salgan sus vuelos sino que también se involucra en su vida personal. Así es agradable la secuencia cuando Bill y Willa bailan y, momentáneamente, parecen transportados a un mundo de sueños.

Afortunadamente, este filme, que se apoya en la actuación de los dos protagonistas, que están perfectos en sus cometidos, hacia el minuto 50 despega cuando los dos personajes empiezan a sincerarse  el uno con el otro y a contar qué ocurrió cuando dejaron de verse definitivamente. De tal forma que empieza a captar el interés lo que vemos en pantalla.

Al final, como en películas clásicas, esta historia, que discurre en una sola jornada, plantea cómo cambia la vida según el camino que elegimos.

Para: los admiradores de Meg Ryan y poco más.