Dos fabricantes, General Motors (GM) y Daimler, a distintos lados del Atlántico, y con resultados contrapuestos. Mientras el beneficio de GM fue en 2018 de 7.035 millones de euros, con el que da la vuelta a las pérdidas el año anterior de 3.392 millones, la alemana da un paso atrás, al ganar un 29% menos, hasta 7.249 millones.
La peor evolución de Daimler se debe al impacto de la nueva norma de emisiones (WLPT), junto a la guerra contra el diésel y el trasfondo de la guerra comercial entre EEUU y China.
En el caso de GM, el giro se debe al aumento de los precios, las ventas de su todocaminos SUV y el éxito de una nueva furgoneta. Hay que tener en cuenta, no obstante, que los números rojos de 2017 se debieron al impacto de la reforma fiscal de Trump y los costes asociados a la venta de Opel, su filial europea.