Este santo, a caballo entre los siglos séptimo y sexto antes de Cristo, fue el profeta del exilio. Antes de la destrucción de Jerusalén, y la posterior deportación del pueblo, Ezequiel tuvo que enfrentarse con sus correligionarios, al profetizar la catástrofe. Jerusalén y su templo significaban tanto para el pueblo elegido que daban por segura una intervención de Yahvé, como lo había hecho un siglo antes frente a las tropas de Senaquerib, salvando la ciudad santa. Cuando se cumplieron las predicciones de Ezequiel, éste tuvo que convencerles del futuro glorioso que les esperaba, a pesar de estar deportados. El exilio del pueblo judío duró veinte años (593-573 a.de C.) y Ezequiel, con su lenguaje difícil por su simbolismo y carácter visionario, mantuvo viva la esperanza de Israel. Nada se sabe de su muerte.
La enseñanza de Ezequiel anuncia que Dios permite determinadas pruebas para una mayor purificación y un futuro mejor.
(Las fuentes principales, que no las únicas, de las que se han tomado los datos para redactar la Sección "Hoy no se olvide de felicitar a…", y a cuyos autores se muestra el agradecimiento y reconocimiento debidos, son las siguientes:
Direcciones de Internet: archimadrid. es; churchforum.org; aciprensa.com; encuentra.com; planalfa.es; ewtn.com; serviciocatolico.com; buscabiografias.com; y es. catholic.net.
Libros: Los clásicos de siglos pasados de Santiago de la Vorágine, Ribadeneira y Croisset; "Nuevo Misal Popular Iberoamericano"; Dos mil Años de Santos", Ed. Palabra; "El libro de los santos", Ediciones Internacionales Universitarias; "La casa de los santos", Ed. Rialp; "Los santos del calendario cristiano", Ed. San Pablo; "Il grande libro dei Santi", Edizioni San Paolo; "Gran Enciclopedia Rialp"; "Año Cristiano" Ed. B.A.C; y "Nuevo Año Cristiano", EDIBESA; estas cuatro últimas publicaciones facilitan las mejores referencias bibliográficas sobre San Ezequiel).
Pilar Riestra