La Última Cena, donde se instauró la Eucaristía, pintada por Valentin de Boulogne
No sabemos donde está ubicado el cenáculo de la Última Cena, en el que Cristo instituyó la primera Eucaristía porque la sala hoy designada como tal por los guías turísticos, aunque creación franciscana, se la apropiaron los musulmanes y la hicieron coincidir con la tumba del Rey David, aceptado por el islam.
Pero esto es lo bueno de la historia entera del cristianismo: lo que importa no son los lugares sino los hechos y lo que pasa a la historia es el significado de esos hechos y su memorial a lo largo del tiempo. El cristianismo no se recuerda, tampoco se conoce, se vive… en este caso en cada eucaristía diaria. Vamos, que tampoco es tan importante conocer el lugar exacto de la Última Cena. Además, como aseguran los judíos de ahora mismo, con su habitual espíritu práctico: en Jerusalén, todo ocurrió, si no aquí, sí por aquí.
En cualquier caso, hablamos de la cena de Pascua, una fiesta alegre de los judíos, previa a una de las dos crucifixiones que padeció el Dios encarnado en 24 horas: Getsemaní y el Gólgota.
Es en esa cena donde el Maestro procede a ejecutar el milagro de los milagros: la conversión del pan y el vino en su propio cuerpo y sangre, al tiempo que marca la diferencia con cualquier otro rito: cede a sus seguidores el poder para repetir el milagro en cualquier momento, hasta el fin del mundo.
Recuerden: el hombre es un ser protocolario, no respeta lo que no se respeta ni a quien no se hace respetar
El verdadero Dios siempre cuenta con la debilidad de la creatura. Crea un alma inmortal anexa pero permite que sea la unión entre hombre y mujer, y no su acción directa, quien procree el cuerpo, la materia. Él, obediente a la decisión libre de varón y mujer, le añade el alma inmortal, la razón y la libertad. Por decirlo así, Dios no crea nuestros cuerpos, sólo los de Adán y Eva, o los del primate donde se inspiró para crear al único ser libre. Lo que Dios crea, y está es su participación directa en los nuevos seres de la especie humana, es nuestra alma racional (y si a los metafísicos no les gusta mi esquema que escriban una anti-tesis). Nunca un poderoso ha dado tanto poder al súbdito.
De hecho, las eucaristías diarias constituyen otra creación directa y cotidiana del Padre Eterno: de la materia pan y la materia vino, surge el mismísimo Dios, tres personas distintas en un trozo de pan sin fermentar, Dios todopoderoso que se anonada en las manos de un hombre miserable -el cura-, que sigue sabiendo a pan, lo mismito que el recién nacido, ser inmortal, huele a carne tierna de bebé.
Al comulgar el hombre se vuelve Dios... y sólo cuando se diviniza contempla la realidad tal cual es
Y todo esto es bello e instructivo pero no sólo ilumina el pasado jerosolimitano del año 30 de nuestra era, sino el presente más rabioso: toda la batalla del siglo XXI, etapa fin de ciclo, radica en la Eucaristía. Además, sin la comunión frecuente no creo que pueda haber en el mundo actual, "ciencia divina", ¿Qué significa 'ciencia divina'? Significa ver la realidad tal cual es, o sea, como la crea Dios a cada instante y fuera del tiempo. Sinceramente, mucho me temo que si no se vive la Eucaristía... intuyo que se vive fuera de la realidad. Al comulgar, el hombe se diviniza y sin 'ser Dios' no se puede pensar como Dios. Se vive fuera de la realidaid, que es vivir en la locura.
El Nuevo Orden Mundial (NOM), es decir, el retorcido muchacho Satán, no trata de destruir la Eucaristía sino de apropiársela
El Nuevo Orden Mundial (NOM), es decir, el retorcido muchacho Satán, no trata de destruir la Eucaristía sino de apropiársela. Un verdadero robo sacrílego. Ahora mismo, todo indica que el Señor del Mundo pretenden imitar -again- a Cristo a través de una ceremonia -no sé cual elegirá- que consistirá en una blasfemia en estado puro, en la madre de todas las blasfemias, en una caricatura del Santo Sacrificio de la Misa.
En definitiva, pretende lo que los clásicos llamaban la “Abominación de la Desolación”: pretende que le adoremos a él en lugar de a Cristo.
Por tanto, este 2021 sólo hay una tarea importante: proteger a la Eucaristía. Y esto hasta lo que pueden parecer pequeños detalles, tal y como comulgar en la boca y de rodillas. No sé cómo se me ha podido ocurrir esto.
Sin Eucaristía no hay caridad. O dicho de otra forma: si no se ama a Dios no se ama al hombre
El Jueves Santo es la Eucaristía. Y lo que está en peligro hoy es la Eucaristía. Recuerden: hemos pasado de la era del relativismo a la era de blasfemia contra el Espíritu Santo. En el siglo XXI los ataques a la Eucaristía ya no utilizan aquellos arietes protestantes, la presencia real de la Divinidad, es decir, cambiando la conversión real del pan en el cuerpo de Dios por un mero símbolo. No, ahora ya no se niega la transustanciación. Lo que pretende el Nuevo Orden Mundial (NOM), que poco tiene que ver con Lutero, salvo en su origen filosófico, es que adoremos a la Bestia. Así como suena. Cambiar la adoración a Dios por la adoración a Satán, algo que en la tradición teológica recibe el nombre de la Abominación de la Desolación, que nos remonta al viejo cabroncete de Antíoco Epífanes.
Sacerdotes: ¿a qué esperáis para sacar los reclinatorios? Que el personal comulgue de rodillas
La Eucaristía, del Jueves Santo, y la caridad que conlleva, es el tema de nuestro tiempo. Pero, sin Eucaristía no hay caridad. O dicho de otra forma: si no ama a Dios no se ama al hombre. No malinterpreten al apóstol y su amar al que ves y al que no ves.
Por otra parte, la Eucaristía es la práctica cristiana por antonomasia y la más antigua. Ya en los años 50 del siglo I, el converso Pablo de Tarso lo describe como el centro de la vida de la Iglesia, en su Primera Carta a los Corintios. No, no es una moda, es el principio de la historia de la Iglesia y algunos pretenden que sea su final.
La Eucaristía es la práctica cristiana por antonomasia y la más antigua. Ya en los años 50 del siglo I, el converso Pablo de Tarso lo describe como el centro de la vida de la Iglesia
Y a todo esto, ¿por qué es tan importante la Eucaristía? Pues porque supone la mayor muestra de amor de Dios al hombre. Comulgar deifica a este animal anfibio y sin pelo, el homínido.
En otro orden de cosas, Jueves Santo es el día de la Eucaristía, sacerdotes: ¿a qué esperáis para sacar los reclinatorios? Que la gente vuelva a comulgar en la boca y de rodillas. ¿Qué es mero protocolo? Cierto, pero el caso es que el hombre es un ser protocolario: no respeta lo que no se respeta ni a quien no se hace respetar.
En el entretanto, un consejo: comulgue como si fuera la única vez que fuera a hacerlo en toda su vida.