En solidaridad con los gays, la Premier ha decidido que los capitanes salgan al campo con un brazalete arcoiris en la camiseta. Y hay quien no está dispuesto a aceptarlo, por ejemplo, Sam Morsy, capitán del Ipswich Town… sólo que no es un cristiano, es un musulmán
Es muy triste que en países cristianos, por ejemplo, el Reino Unido, los únicos que resulten coherentes con sus convicciones religiosas sean los musulmanes.
Abogados cristianos no se conforma. Se ha querellado contra los jueces del Supremo que acaban de avalar las banderas LGTB en edificios oficiales. Sobre todo, porque ni explican su cambio de opinión respecto a otro fallo de 2020. Simplemente, aseguran que la bandera arcoiris no provoca división ni tiene nada de partidista.
Pero vamos al trasfondo de la cuestión, que no está en el Tribunal Supremo español sino en la liga de fútbol inglesa. Allí, en solidaridad con los gays, la Premier ha decidido que los capitanes salgan al campo con un brazalete arcoiris en la camiseta. Y hay quien no está dispuesto a aceptarlo… sólo que no es un cristiano, es un musulmán.
Y aquí se demuestra que los musulmanes sí son coherentes y los cristianos no, a pesar de que Juan Pablo II repetía eso de que lo propio del mundo actual era el martirio de la coherencia.
A ver, un musulmán se niega a vestir la bandera gay porque asegura que él es musulmán y, por tanto, considera que la homosexualidad es antinatural. Exactamente lo mismo que el cristianismo, pero no ha sido ningún cristiano sino un musulmán quien se ha negado a utilizar el brazalete.
Y miren por dónde, premio a la coherencia, sus compañeros le han secundado.
