No he logrado encontrar la referencia de estas declaraciones, con la que no puedo presumir  de su fiabilidad: pueden ser falsas. Pero, como asegura quien me las ha enviado, “dan que pensar”. Sí son ciertas que, repito, no lo sé, se atribuyen estas palabras al famoso actor Tom Selleck:  "Me niego a debatir el control de armas con cualquiera que crea que los hombres pueden tener bebés”.

Parecen dos cuestiones distintas y distantes, que nada tiene que ver, pero el parangón de Selleck no es nuevo. Recuerda mucho a aquello que decían los periódicos norteamericanos hace 30 años, cuando salía a relucir algún escarceo sexual de políticos y candidatos norteamericanos y los periodistas eran criticados por violentar la vida íntima de los hombres públicos. Respuesta: “No me importa lo que haga pero a quien no sabe controlar su bragueta yo no le doy el botón nuclear”.