Atentados islámicos en Francia y Bélgica. Detenciones en Italia y Suecia. Tras el mega-atentado terrorista de Hamas lo del fanatismo musulmán se extiende y claro, provoca un efecto reflujo. 

Entonces vemos a un ministro belga recordar que el autor del asesinato, precisamente de dos seguidores suecos, era una inmigrante ilegal o un eurodiputado sueco aseguró que ya es hora de acabar con la complacencia europea con los musulmanes.

Ahora ya sólo falta que caigan en la cuenta de era complacencia Pedro Sánchez y los independentista catalanes, que, desde Jordi Pujol, les han cerrado al puerta los inmigrantes hispanos, que se integran perfectamente por tener una misma lengua y una misma fe, y han promocionado la llegada de musulmanes.

Los suecos abrieron su puerta a la inmigración y les fue bien con todas las razas pero no con todas las religiones: no les fue bien con el Islam

Hoy, Cataluña es la comunidad autónoma con más musulmanes y la que tiene más problemas de delincuencia, especialmente de agresiones sexuales, con los musulmanes… además de haber sufrido el mayor atentado islamista, sólo por detrás el 11-M.

Cuando el inmigrante tiene la misma fe y la misma lengua la integración es sencilla. De otra forma...

En resumen, tras los atentados islámicos, Europa empieza a girar en materia migratoria. Si hablas de controlar la inmigración ilegal, ya no eres un fascista. Si niegas que el islam sea una religión de paz, tampoco. Ahora falta el paso final: hay que recibir, con los brazos abiertos, al inmigrante pero también exigirle que respete con gratitud, al país que le ha acogido. Algo está cambiando en Europa.

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