La obsesión del PSOE en general y de Sánchez en particular contra Isabel Díaz Ayuso alcanza tintes psiquiátricos. Pero eso ya lo he dicho en otras ocasiones y tan sólo es aportación de notario, mera constatación de la realidad. Asombra, pero no sorprende. 

Además, Ayuso no es santo de mi devoción. Me cae simpática, como a tantos otros, porque habla claro, pero es derechista, no cristiana, aunque tenga una cultura cristiana de la que no se avergüenza. Y eso, dado el panorama político actual, es mucho... sólo que a mí no me basta.

En cualquier caso, Isabel Díaz Ayuso se equivoca al no acudir el viernes a Moncloa para entrevistarse con el presidente del Gobierno, el obseso de Pedro Sánchez. Obseso con el poder y obseso contra Ayuso.

No, la presidente madrileña debería ir y montar una bronca de campeonato en la sala de prensa pequeña del palacio de La Moncloa. Además, sería muy divertido y el pueblo necesita pan y circo. Es lo único que puede proporcionarle su clase política. 

Sobre todo, para recordar la gran pregunta: ¿Por qué el PSOE odia a Ayuso y por qué la gente le aprecia? Respuesta: porque es la primera líder de derechas sin complejos. 

¿Comprendes, Feijóo?