Los católicos moderaditos, que diría Javier Paredes, se han tomado con mucha filosofía el cese forzoso del padre Santiago Cantera como prior de la abadía benedictina del Valle de los Caídos: resulta que ya llevaba muchos mandatos y entonces la Comunidad ha decidido elegir un sucesor en el Padre Alfredo Maroto, un gran sacerdote al que puede verse en el claustro de Cuelgamuros, rezando el Santo Rosario, bonísima señal, pero que tendrá que echarle mucho coraje y mostrarse muy firme con los suyos y duro con sus adversarios, las víboras de Moncloa. Habrá que encomendarle.  

Ahora bien, lo cierto es que Santiago Cantera se había enfrentado al Gobierno, sin necesidad de enviar guardias civiles armados hasta los dientes, como hace el presidente del Gobierno, entre cuyo elenco de virtudes no se encuentra la valentía. Cantera aseguró en su día que no se iría salvo que se lo mandará el Vaticano: entonces sí.

Pues bien, los interlocutores del Gobierno Sánchez que ya habían tildado a un intelectual de fuste, gran historiador, aparte de un hombre de Dios, Santiago Cantera como un franquista peligroso, llevaban mucho tiempo presionando a su interlocutor para Cuelgamuros, el arzobispo de Madrid, José Cobo, y al propio secretario de Estado vaticano, Pietro Parolin, que ahora mismo sigue ejerciendo como Papa en funciones... y han conseguido que Parolin y Cobo ordenen al prior del Valle que se vaya. Lo han hecho través de la abadía benedictina de Solesmes, sí, de la que dependen los monjes de Cuelgamuros pero, que quede claro: Cantera no ha dimitido, le han echado... y le ha echado la propia Iglesia.  

Y eso que monseñor Cobo aseguraba, nada mas ser elevado a arzobispo-cardenal de Madrid, que no toleraría la violación de espacios sacros... como la Basílica pontificia del Valle de los Caídos. 

Monseñor Cobo: Ha dejado caer usted a Santiago Cantera y a Félix Bolaños le han faltado minutos para vanagloriarse de que han expulsado a un "nostálgico del franquismo", cuando usted sabe que no es así. ¿No se da usted cuenta de que con esa excusa -los curas son fascistas con sotana- se justificaron las matanzas de católicos durante la II República? Hablamos de la matanzas de cristianos más mortíferas de toda la historia de la Iglesia y la que más mártires provocó, muchos más que las 10 persecuciones romanas juntos.

Por lo demás, monseñor Cobo: ¿No se da cuenta de que el próximo paso será expulsar a los benedictinos del Valle de los Caídos? Y luego vendrá, si lo permite la ingeniería, claro está que estos progres son muy brutos, la demolición de la cruz más grande del mundo, o peor, como pretenden los sumaritas y los podemitas, cortarle los brazos para convertirlo en un monolito masónico? al ministro masoncete del Gabinete, precisamente el chico de la Memoria Democrática, Ángel Víctor Torres, le haría mucha ilusión. Y hasta podía convertir la basílica en una logia, lugar de reunión de los Hijos de la Viuda.  

Por cierto, monseñor Cobo, ¿no huele usted a azufre en toda esta farsa? Ya he dicho en estas mismas pantallas que la obsesión sanchista contra el Valle de los Caídos va más allá de esas interpretaciones de la historia propias del progresismo, con argumentos tan pueriles que sólo los políticos pueden tomárselos en serio. Pero no, la obsesión de Sánchez contra ese lugar de concordia entre los españoles que es Cuelgamuros entra en la categoría de lo demoniaco. Sí, he dicho demoniaco. Es como la gran profanación de cadáveres perpetrada en nombre, -¡hay que ser hipócrita!- de la democracia. Claramente satánico, propia del Señor de la muerte.

Don José: reaccione usted, recuerde que lo que estamos hablando es de una violación de un lugar sagrado, de una basílica y cementerio de la Iglesia, lo cual, no sólo viola los acuerdos Iglesia-Estado sino que, además, sienta un precedente para una nueva persecución a los católicos que, con todo respeto, por si no se ha enterado usted, ya ha comenzado. No sea usted, monseñor Cobo, el tonto útil que colabora con el enemigo.

Recuerde, también, que al lobo no se le detiene entregándole un cordero en prenda. Los lobos no matan corderos para alimentarse, quieren matar al mayor número de ovejas posible... porque, como en el viejo chiste del escorpión, está en su naturaleza... les mola.