Sr. Director:

El aborto-muerte de un feto humano viable o inviable, causado por la libertad de hombre de una persona, es un genocidio censurado, ha producido mil millones de víctimas en el siglo XX y en lo que va del siglo XXI. Lo que constituía durante siglos un acto profundamente inmoral y censurable, es hoy defendido por poderosas instituciones e ideológicas, hasta llegar a ser considerado en numerosos un derecho de la mujer. Se suele justificar con la falacia de que ninguna mujer está obligada a abortar. Pero el drama del aborto pese a la ideología política partidista, debe ser estimado como lo que es un problema social y moral: un fracaso, por cuanto es privar al concebido y no nacido del derecho fundamental troncal a la vida, por lo tanto, es innegociable. Por eso es necesario plantear con luz y taquígrafos, denunciar su gravedad. El problema del delito del aborto ha tomado proporciones gravísimas por su magnitud, más de mil millones en pleno siglo XX. Todo empieza cuando en la ex Unión Soviética en 1920 y luego en la Alemania Nazi fue practicado el aborto sin ninguna limitación; luego pasó a Japón ya los países europeos del bloque socialista. La Unión Europea está considerada el aborto como un derecho de la mujer, incluso se llega a negar al feto y al embrión la personalidad jurídica, mientras se defiende cualquier ataque a los animales, focas y osos, a los que se protege más que feto en el seno materno. Los movimientos Provida contra viento y marea presentan sus propuestas a favor de la vida, con frecuencia atacadas y reprimidas básicamente por los partidarios del aborto libre sin ninguna oposición. Fue el Papa Juan Pablo quien con más energía moral e intelectual se opuso a la cultura de la muerte abortista, y proclamar la cultura de la vida civilización del amor, cuando afirmaba dirigiéndose a las mujeres que habían abortado: "Una reflexión especial quisiera tener para vosotras, que habéis recurrido al aborto. La Iglesia sabe cuántos condicionamientos pueden haber influido en vuestras decisiones y no duda de que en muchos casos se ha tratado de una decisión dolorosa e incluso dramática. Pero por medio de vuestro compromiso por la vida seréis artífices de la vida de todos las personas hombres y mujeres".