Sr. Director:
Unos de los relatos que trata de imponer lo políticamente correcto es el relato woke, con el que no se cuestionan tanto los datos económicos, sino especialmente los temas culturales. El relato woke no se centra solamente en el cambio climático, ni la Agenda 2030 o la 2045. El relato woke, tal como se entiende y se impone desde USA , ha trascendido también a toda la cultura occidental. El relato woke según sus críticos más brillantes se basa en el desquiciamiento y en la multiplicación de la dialéctica marxista del opresor y el oprimido aplicada a las demás realidades sociales, que se dividen en opuestas y en lucha constante: ricos contra pobres; obreros contra empresarios: batallas que se han perdido después de la caída del muro de Berlín y la guerra fría. Ante este fracaso el relato woke se ha introduce en el campo de la cultura, la educación y el entretenimiento según el modelo Hollywood que intentaba continuar con el programa electoral de la gran perdedora Kamala Harris. Este desquiciamiento cultural se manifiesta: en la mujer sector oprimido frente al hombre opresor (patriarcado): en la orientación sexual: opresor heterosexual, frente homosexual oprimido; en la violencia de género oprimidos y opresores: en la opresión racial blancos (opresores) negros oprimidos. Este desquiciamiento llega a culpar al hombre (opresor) de todos los males que sufre la tierra (oprimida).
La colonización woke se basa en el transgenerismo: hormonar a los adolescentes. En USA se obliga a los adolescentes a hormonarse a escondidas de los padres y si estos se niegan se les retira el derecho paternal. El relato woke sostiene que son los gobiernos los que deben educar sexualmente a los niños totalmente al margen de los padres. Se confunde la educación sexual y anatómica que pueden tener los niños cuando los padres así lo decidan y, se introduce, sin embargo, la ideología de género en la escuela, hasta en la enseñanza de las matemáticas. Incluso en algunos textos aparecen elementos que suponen la corrupción de menores, elementos de la educación woke que rayan en la pornografía introducida astutamente en los textos escolares.
Es una evidencia palpable que toda la Agenda 2030 está atravesada en todas y cada una de sus disposiciones por la ideología de género, como un sustrato básico. Lo que el niño no ve en casa se lo enseño una docente en la escuela. Otro enfrentamiento en que se basa el relato es en la gordofobia. En USA se publican estudios sobre la gordura como un elemento de lucha contra los modelos de la delgadez (opresores).