Sr. Director:

La Constitución española, aprobada hace 46 años, no es un texto inamovible. Es una norma viva que contempla mecanismos de reforma que son garantistas de la preservación de su espíritu fundacional. Ante la permanente tentación del PSOE y sus socios de gobierno de reformarla por la vía de los hechos, o de constitucionalizar derechos inexistentes, hay que tomarse en serio el texto de la Constitución y recordar el principio sobre el que se asentó este edificio jurídico que ha sido garantía de paz y de prosperidad para España: el consenso. Un consenso basado en el abrazo fraterno de los españoles, que hizo posible el milagro político de la Transición. Ese consenso está puesto hoy en duda por una política que pretende levantar muros y dejar fuera de juego a más de la mitad de la sociedad. Lo contrario de lo que sucedió hace 46 años.