Sr. Director: Recientemente leía que "Pedro Sánchez parece especialista en perder elecciones, debilitar el proyecto socialista y sembrar desavenencias en sus filas". Y es que no es un secreto que existe una fuerte contestación a su liderazgo, pero que no se ha exteriorizado de forma pública. Parece que, según informan algunos medios, Ferraz medita aplicar una férrea disciplina y recuerda que la disidencia se pagará cara. Puede que haya elegido Galicia y las listas para las autonómicas para dar ejemplo. Allí, el cisma es total. Desde Pontevedra y Orense se han impugnado las candidaturas impuestas por Pedro Sánchez y su aspirante a la Xunta, Fernández Leiceaga. El alcalde de Vigo, Abel Caballero, peso pesado del socialismo gallego, encabeza esa corriente crítica que ha denunciado prácticas de "la vieja política de los despachos". Ante una situación así cabe preguntarse: ¿Es lo de Galicia el síntoma de la descomposición de un partido al que su líder utiliza como instrumento para sus metas personales? José Morales