La Iglesia Católica en Francia experimenta un aumento sin precedentes en el número de adultos que se están preparando para recibir los sacramentos de la  Iniciación Cristiana  durante el tiempo pascual de este año 2025.

Más de 17.000 adultos y adolescentes recibirán el Bautismo durante esta Pascua.

El número de catecúmenos que más ha aumentado es el de los jóvenes entre 18 y 25 años.

Nunca antes la Iglesia Católica en Francia había registrado un número tan elevado de catecúmenos: 5.000 más que el año pasado.

Trece diócesis francesas, tanto urbanas como rurales, han experimentado crecimientos superiores al 100%, mientras que once pequeñas diócesis han registrado ligeros descensos que no alteran la tendencia general.

El  26% del total de catecúmenos son jóvenes estudiantes, y el 36%  de los adultos que pronto recibirán el Bautismo proceden de clases populares. 

En líneas generales se trata de una generación joven, conectada y mayoritariamente alejada de la fe en su entorno familiar.

La Misa desempeña un papel central en su itinerario: el 83% asistía ya antes del catecumenado y les ha servido para empezar a conocer y practicar la fe católica en un país altamente secularizado. 

Ciertamente, los padres cristianos no deben demorar el bautismo de sus hijos.

Lo que ocurre es que hay pocos padres cristianos, pocas familias cristianas, las cuales no se preocupan de que sus hijos reciban el Bautismo lo antes posible.

Cuando los jóvenes y los adultos ven cómo viven los cristianos cómo se aman y se ayudan unos a otros, entonces sienten que el Espíritu Santo les mueve a formar parte de la gran familia de los hijos de Dios que es la Santa Iglesia.

En las diócesis españolas debemos poner mucho más interés en llevar a cabo la pastoral del primer anuncio, seguida de una catequesis de inspiración catecumenal que sepa iluminar la vida de cada persona con la luz del Evangelio de Cristo, ya que ver a Cristo es ver al Padre y nadie va al Padre si no es por medio de Cristo.

A  lo largo del proceso de catequización y cuando quien se está preparando ha dado muestras de querer ser realmente cristiano,  entonces se puede proceder ya a  la recepción de los sacramentos de la  Iniciación: el Bautismo, la Confirmación y la Primera Eucaristía.

Se trata de un proceso gradual que implica necesariamente todos los aspectos de la vida de la persona a fin de que conozca a Jesucristo, le ame de verdad, le siga con fidelidad y le dé a conocer a otros con alegría.

También conviene ofrecer en nuestras parroquias y comunidades cristianas una sólida catequesis familiar: familias que evangelizan y acompañan a otras familias en su camino de fe, de caridad y de esperanza cristiana, siempre en comunión con todo el cuerpo de la Iglesia. 

Hemos de ponerlo todo en las manos amorosas de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo, contando también con la intercesión de la Virgen María, de San José y de todos los santos, en especial de los mártires y de los santos patronos de cada lugar.

Ante la crisis que sufrimos en el campo religioso, los miembros de la Iglesia debemos orar  y  empeñarnos más  y  mejor en llevar a la práctica una renovada  evangelización de nuestra sociedad.

España lo necesita. 

Europa lo necesita.

El mundo entero lo necesita. 

Y el Señor nos lo mandó:

"Id y haced discípulos de todos los pueblos bautizándolos  en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo, y enseñándoles a guardar todo lo que os he mandado" (Mt.  28,  19 - 20)