La guerra no es buena para la poesía... ni tan siquiera para Antonio Machado
Sr. Director:
Soy un asiduo lector y admirador de la poesía de los Machado, aunque más de la de D. Manuel que la de Antonio. Y así como a D. Manuel se le ha defenestrado la totalidad de su sobresaliente y superior obra por su poesía de guerra, a Antonio se le ha ensalzado, eso sí, ocultando su poesía de guerra. La editorial que durante años se ha empeñado y loado de mantener en portada el título de “poesías completas” ha debido sufrir a lo largo de diversas ediciones la contradicción del autor del magnífico estudio preliminar y edición aclarando que no eran “completas”, hasta que finalmente la editorial se ha rendido a la evidencia y ha permitido incluir la poesía de guerra, que desde hacía bastantes años nada obstaculizaba su inclusión. Así se ha podido comprobar el lamentable resultado de un poeta rendido a una causa política. El poema A LÍSTER, JEFE EN LOS EJÉRCITOS DEL EBRO concluye con una frase bastante lacónica: «Si mi pluma valiera tu pistola / de capitán, contento moriría». O aquel otro: VOZ DE ESPAÑA (A LOS INTELECTUALES DE LA RUSIA SOVIÉTICA): «¡Oh Rusia, noble Rusia, santa Rusia, / cien veces noble y santa / desde que roto el báculo y el cetro, / empuñas el martillo y la guadaña!,»…
Patético final poético de Antonio Machado y final patético también el de una vida abandonado incluso de sus propios correligionarios que sí supieron aprovecharse de él en los momentos álgidos de su fama para proclamar sus equívocos ideales y luego dejarlo olvidado en la enfermedad y en la miseria. Son los pagos de algunas ideologías.