El médico pediatra y genetista Jérôme Lejeune nació en Montrouge en 1926.

Tras concluir sus estudios de medicina, en 1952 comenzó a trabajar como investigador del CNRS, donde llegó a ser director diez años más tarde.

Contrajo matrimonio con Birthe Lejeune y tuvieron cinco hijos.

En 1958, teniendo 32 años de edad, descubrió la primera anomalía cromosómica en el ser humano: la trisomía 21, causa del Síndrome de Down.

Más tarde, junto con sus colaboradores, descubrió el mecanismo de otras patologías cromosómicas, abriendo así la vía a la citogenética y a la genética moderna.

Siempre profesó la fe católica.

En 1964 fue nombrado primer profesor de Genética Fundamental en la Facultad de Medicina de la Universidad de París.

En el hospital Necker-Enfants Malades de la capital francesa trabajó hasta su muerte cuidando y tratando a niños y jóvenes con Síndrome de Down y otras patologías genéticas.

Fue doctor honoris causa y miembro laureado en numerosas academias francesas y extranjeras.

El problema llegó en 1960 cuando Francia pretendió aprobar legalmente el aborto.

Probablemente por esta razón no se le otorgó el Nobel de Medicina.

Lejeune falleció el 3 de abril de 1994, a los 67 años de edad en París,  a consecuencia de un cáncer.

En junio del año 2007 se abrió el proceso canónico para su beatificación y canonización, proceso que concluyó en el año 2012.

Y el 21 de enero de 2021 fue reconocido como Venerable por Su Santidad el Papa Francisco “por haber vivido las virtudes cristianas de manera heroica”.

Estamos a la espera de que la Iglesia dé el visto bueno para la beatificación de este santo varón, un hombre de Dios que vivió dando gloria al Señor de los Señores, el Dios de la Vida, y estudiando y trabajando en favor de uno de los colectivos más débiles de nuestras modernas sociedades.

En una ocasión afirmó: “Un embrión humano es ya una persona y tiene alma”.

Quiera Dios que pronto le veamos elevado a los altares para la mayor gloria de Dios y bien de la Iglesia y de toda la sociedad.